Estados Unidos es el único país que cuenta con una bomba "rompebúnkeres" capaz de destruir las centrales nucleares subterráneas de Irán
Estados Unidos podría recurrir a la GBU-57 para destruir Fordow, el centro nuclear subterráneo de Irán que resiste ataques del arsenal israelí.
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En medio de la guerra entre Israel e Irán, Donald Trump se encuentra ante una elección crucial: autorizar que Estados Unidos ataque directamente la infraestructura subterránea de Fordow o continuar con la estrategia diplomática. La única alternativa militar factible para eliminar el complejo nuclear iraní recae únicamente en el Pentágono.
Fordow, situada bajo una montaña y construida para resistir cualquier ataque aéreo convencional, ha representado por años el reto estratégico más grande. Su destrucción solo podría realizarse con la GBU-57, una de las bombas no nucleares más potentes del planeta, creada para penetrar en búnkeres fuertes.
¿Por qué solo EE. UU. tiene la capacidad militar para destruir la instalación nuclear subterránea de Fordow en Irán?
La instalación de Fordow está protegida por cientos de metros de roca y cemento. Israel, aunque ha realizado bombardeos de precisión en otros centros nucleares iraníes, no posee el armamento necesario para alcanzar un objetivo de tal profundidad. Solo la GBU-57, conocida como "Penetrador de Artillería Masiva", puede cumplir esa tarea, y solo puede ser transportada por los bombarderos B-2, también exclusivos del arsenal estadounidense.
Este tipo de arma fue desarrollada originalmente para hacer frente a amenazas similares en Irán y Corea del Norte. Aunque su diseño comenzó en 2004 bajo la presidencia de George W. Bush, fue probada y añadida al arsenal operativo durante el primer mandato de Trump. Israel ha solicitado acceso a esta bomba durante años, pero ninguna administración estadounidense ha autorizado su entrega.
¿Qué dilema enfrenta Donald Trump respecto al conflicto entre Israel e Irán?
Trump se debate entre dos promesas contradictorias: evitar nuevas guerras en Medio Oriente, como ha repetido en sus campañas, o impedir que Irán complete su programa nuclear, una amenaza que él mismo ha considerado prioritaria. Autorizar el uso de la GBU-57 implicaría involucrar directamente a EE. UU. en la guerra, pero no autorizarlo podría dejar a Fordow intacto y permitir que Irán mantenga capacidades clave para construir una bomba atómica.
A esto se suma la presión política interna. Mientras figuras republicanas como Lindsey Graham instan a actuar con contundencia, el ala más aislacionista del partido, representada por Tucker Carlson, rechaza cualquier intervención. Trump ha buscado mantener un equilibrio, mostrando disposición al diálogo, pero también lanzando advertencias públicas, como su reciente llamado a evacuar Teherán. Su decisión final podría reconfigurar tanto la guerra actual como su legado geopolítico.