De Chicago al Vaticano: el camino de Robert Prevost, León XIV, para convertirse en el líder de la Iglesia Católica
Robert Francis Prevost, fue elegido Papa como León XIV en una histórica decisión. Su carrera en la Iglesia ha sido marcada por el servicio, liderazgo y una profunda conexión con América Latina.
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El viaje de Robert Francis Prevost hasta el papado como León XIV es un testimonio de dedicación, esfuerzo y compromiso con la fe. Nacido en Chicago en 1955, Prevost es el primer Papa estadounidense en la historia de la Iglesia Católica, un hito que subraya la globalización de la Iglesia y su apertura a líderes de diversas procedencias. Su elección como León XIV no solo refleja su amplio recorrido dentro del clero, sino también su cercanía con la comunidad católica en América Latina, donde desempeñó roles clave a lo largo de su carrera.
Prevost, quien posee doble nacionalidad (estadounidense y peruana), destaca por su formación académica en matemáticas, filosofía y teología. Su carrera como líder religioso abarca más de cuatro décadas de servicio, tanto en el ámbito misionero como administrativo. Antes de su elección como Papa, ocupó el cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos, donde su visión para la Iglesia quedó clara. Este artículo explora su recorrido hacia el papado y cómo su liderazgo promete marcar una nueva etapa para el Vaticano.
Un comienzo en Chicago: la formación de un líder religioso
Robert Prevost nació en una familia católica de Chicago, en un entorno que fomentó su crecimiento espiritual. Su madre, bibliotecaria de raíces españolas, y su padre, descendiente de inmigrantes franco-italianos y veterano de la Segunda Guerra Mundial, fueron figuras clave en su vida, inculcándole tanto el amor por el conocimiento como el compromiso con la fe. A los 22 años, después de completar sus estudios en matemáticas en la Universidad de Villanova, Prevost decidió ingresar al sacerdocio, un paso que cambiaría el rumbo de su vida.
Tras unirse a la Orden de San Agustín en 1977, Prevost comenzó su camino hacia la ordenación sacerdotal, que culminó con su ordenación en 1982. Su formación se extendió a Roma, donde estudió derecho canónico, lo que le permitió forjar una carrera con una sólida base teológica y jurídica. Su dedicación a la vida religiosa y su capacidad de adaptación al entorno internacional fueron factores determinantes que lo posicionaron como un líder dentro de la Iglesia.
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La carrera en América Latina: una conexión con la región
Uno de los aspectos más destacados de la trayectoria de Prevost es su profundo vínculo con América Latina. En sus primeros años de sacerdocio, fue destinado a Perú, donde trabajó como misionero en diversas comunidades. Su tiempo en América Latina no solo consolidó su fe, sino también su entendimiento de las realidades sociales y espirituales de la región. Esta experiencia fue clave para su futuro liderazgo dentro de la Iglesia.
En 2018, Prevost fue nombrado presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, un cargo en el que tuvo la oportunidad de impulsar proyectos que promovieran el bienestar social y espiritual de la región. Su enfoque en la justicia social, el compromiso con los derechos humanos y el fortalecimiento de la fe en las comunidades latinoamericanas marcaron su trabajo en esta área. La cercanía de Prevost con la cultura y los problemas de América Latina fue crucial para su elección como Papa, un hecho que muchos consideran un mensaje de inclusión hacia esta parte del mundo.
El ascenso a Roma: liderazgo en el Vaticano
El ascenso de Prevost a cargos de alto nivel en el Vaticano fue el resultado de años de trabajo en diversas funciones. En 2023, fue designado prefecto del Dicasterio para los Obispos, un puesto en el que se destacó por su capacidad para gestionar los desafíos contemporáneos de la Iglesia. Su visión de una Iglesia más unificada y su enfoque en los temas de justicia y paz mundial fueron aspectos que lo hicieron sobresalir en este cargo.
Además, su fluidez en varios idiomas, incluyendo español, le permitió establecer una relación estrecha con la comunidad global de fieles. En su primer discurso como Papa, León XIV, agradeció el legado de su predecesor, el Papa Francisco, y afirmó su compromiso de seguir impulsando los principios de unidad y paz que él promovió.