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La montaña tropical más alta del mundo está en Sudamérica: es el punto con menos gravedad en la Tierra

Esta peculiaridad transforma a la montaña en un caso de estudio único para modelados de gravedad a escalas ultrafinas, recalibrando la comprensión de la distribución gravitacional de la Tierra.

Este singular atributo es objeto de estudios por parte de la NASA y otras instituciones científicas, destacan a la montaña por su belleza natura y su importancia en investigaciones geofísicas. Foto: Composición LR/IA/La República.
Este singular atributo es objeto de estudios por parte de la NASA y otras instituciones científicas, destacan a la montaña por su belleza natura y su importancia en investigaciones geofísicas. Foto: Composición LR/IA/La República.

En un punto de los Andes, en Sudamérica, se alza una montaña que desafía las alturas y las leyes de la física. Este gigante de los trópicos, el más alto del mundo en su categoría, es reconocido por sus dimensiones —supera los 6,000 metros sobre el nivel del mar— y también por un fenómeno natural peculiar: la menor gravedad registrada en la superficie terrestre.

La montaña, la cual es la más alta de cualquier zona tropical en el mundo, cuenta con una posición privilegiada cerca del ecuador que le permite ser dueño del fenómeno gravitacional antes mencionado. Este singular atributo es objeto de estudios por parte de la NASA y otras instituciones científicas, destacan a la montaña por su belleza natura y su importancia en investigaciones geofísicas y ambientales.

La montaña, la cual es la más alta de cualquier zona tropical en el mundo. Foto: Billiken.

La montaña, la cual es la más alta de cualquier zona tropical en el mundo. Foto: Billiken.

La montaña tropical más alta del mundo está en Sudamérica

El Nevado Huascarán, la montaña tropical más alta del mundo, se erige majestuosamente en la Cordillera Blanca de Perú, destacando por su impresionante trayecto glaciar semi-técnico, el más extenso entre las diez cumbres más altas de América. A diferencia de las otras montañas en los Andes, el Huascarán no comparte territorio con Argentina, y se puede avistar desde varios valles peruanos.

A diferencia de las otras montañas en los Andes, el Huascarán no comparte territorio con Argentina. Foto: Billiken.

A diferencia de las otras montañas en los Andes, el Huascarán no comparte territorio con Argentina. Foto: Billiken.

Dentro de la Cordillera Blanca, el Huascarán sobresale con una base de granito macizo coronada por dos grandes cumbres glaciares. Se alza directamente sobre el Callejón de Huaylas y está flanqueado por las quebradas de Llanganuco y Ulta. Un profundo collado lo separa del nevado Chopicalqui al noreste, aunque muchos lo consideran parte del mismo macizo. Las dos cumbres del Huascarán, la Sur y la Norte, se elevan a 6,746 y 6,655 metros respectivamente.

A pesar de su singularidad, el Huascarán presenta una topografía relativamente uniforme, sin muchas elevaciones secundarias, excepto el pico Suroeste del Huascarán Sur y los picos Delgado Ubeda y Elola, nombrados por la Expedición Española de 1961. Estas características, junto con las precisas mediciones del Instituto Geográfico Nacional del Perú, hacen de esta montaña un icono no solo por su altura, sino también por su compleja geología y significado cultural.

El Huascarán el lugar con menos gravedad en el mundo

El Nevado Huascarán, punto más alto de Perú, desafía, con sus 6,768 metros, las normas de la física, al registrar la menor gravedad en la Tierra. Este hallazgo destacó por el estudio 'New ultrahigh-resolution picture of Earth’s gravity field' de Geophysical Research Letters, revela que la gravedad en esta cumbre es de 9,7639 m/s², inferior al promedio mundial de 9,807 m/s².

El Huascarán es la montaña más alta del Perú y de los Andes tropicales. Foto: Richard Droker/Flicker.

El Huascarán es la montaña más alta del Perú y de los Andes tropicales. Foto: Richard Droker/Flicker.

La particularidad de su gravedad atrae a científicos de todo el mundo interesados en estudiar las variaciones gravitacionales y su impacto en la geofísica global. El estudio recalibra la comprensión de la distribución gravitacional de la Tierra y subraya la importancia de integrar conocimientos geográficos con investigaciones físicas. Este descubrimiento transformó al Huascarán de un mero desafío para alpinistas a un centro vital para la investigación científica.

La menor gravedad en el Huascarán se debe a factores geofísicos y geográficos como su altitud extrema y su proximidad al ecuador, donde la fuerza centrífuga es más pronunciada. Además, la composición y densidad de la masa terrestre en esta área contribuyen a estas variaciones, lo que convierte a la icónica montaña en un caso de estudio único para modelados de gravedad a escalas ultrafinas.

Primer mapa global del campo gravitatorio obtenido por la Misión GOCE. Foto: ESA.

Primer mapa global del campo gravitatorio obtenido por la Misión GOCE. Foto: ESA.

La Tierra no es una esfera perfecta

La fuerza de gravedad, una de las cuatro fuerzas fundamentales del universo, fue descrita por primera vez en detalle por Isaac Newton en 1687. Su ley de la gravitación universal explicó cómo la gravedad opera entre masas. Curiosamente, la gravedad no es constante en toda la Tierra debido a que nuestro planeta no es una esfera perfecta y su masa está distribuida de manera irregular. Esto resulta en variaciones significativas de la gravedad en diferentes lugares.

Variaciones de la gravedad en la superficie. Foto: X/@PachoForeroD.

Variaciones de la gravedad en la superficie. Foto: X/@PachoForeroD.

Según National Geographic, estas diferencias en la gravedad son causadas por la variedad de tipos de rocas, minerales y estructuras geológicas de la Tierra, como montañas y cuencas oceánicas, que afectan la distribución de la masa. Estas variaciones son de gran interés para las disciplinas de la geofísica y la geodesia, que emplean misiones satelitales como el GRACE de NASA para estudiar los cambios en el campo gravitatorio terrestre.

El estudio de estas anomalías gravitacionales no solo es fundamental para la ciencia pura, sino que tiene aplicaciones prácticas esenciales. Por ejemplo, ayuda en la navegación precisa, la planificación de misiones espaciales y el monitoreo de cambios ambientales relevantes como el derretimiento de glaciares y los cambios en las reservas de agua subterránea.