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Tregua de Navidad: cuando un partido de fútbol detuvo la Primera Guerra Mundial

“Mañana no disparen, nosotros no dispararemos”, dijo un soldado alemán a su enemigo británico. Por un momento, ambos bandos olvidaron la crueldad de la guerra para confraternizar y jugar al fútbol.

La tregua entre soldados enemigos se firmó con obsequios y un partido de fútbol. Foto: composición LR/National Geographic/Universal History Archive
La tregua entre soldados enemigos se firmó con obsequios y un partido de fútbol. Foto: composición LR/National Geographic/Universal History Archive

No fue una tregua oficial pero involucró a soldados alemanes, británicos, franceses y belgas que en la Navidad de 1914 decidieron poner un alto al fuego, en uno de los frentes occidentales y celebrar la navidad juntos, como si la Primera Guerra Mundial jamás hubiera existido.

“Estábamos en el frente de batalla, a unos 270 metros de los alemanes y en la Nochebuena habíamos estado cantando villancicos y los alemanes también”, contó el soldado británico Marmaduke Walkinton, años después, de acuerdo a la BBC.

“Y un alemán dijo: ‘Mañana no disparen, nosotros no dispararemos’”, revela el soldado, que sería el inicio de un hecho insólito y a la vez maravilloso.

Tregua de Navidad durante la guerra

El 24 de diciembre de 1914 todo estaba congelado en los Campos Flandes, en Bélgica. La intensidad de los enfrentamientos se había reducido, pero la tensión se mantenía.

Tanto alemanes como ingleses habían tenido una suerte de tregua que les permitía enterrar a los fallecidos, hacer reparaciones y obtener suministros, pero nada como lo que ocurrió en Navidad de aquel año.

“En Nochebuena, los alemanes empezaron a celebrar la Navidad. Los británicos vieron luces (de velas) y pequeños árboles arriba de las trincheras de los alemanes y pensaron que quizás les estaban preparando una trampa”, cuenta el historiador a la BBC Alan Wakefield, director de la sección del Museo Imperial de la Guerra de Reino Unido dedicado a la Primera Guerra Mundial y a los inicios del siglo XX.

Recorte de Daily Mirror que evidencia la tregua. Foto: National Geographic

Recorte de Daily Mirror que evidencia la tregua. Foto: National Geographic

Ambos bandos empezaron a cantar villancicos, y poco a poco “fueron construyendo una atmósfera fraterna en las horas previas a la Navidad”, cuenta el especialista.

El 25 de diciembre los alemanes salieron de sus trincheras y se acercaron a los británicos. Algunos confundidos vieron de lejos lo que ocurrió, pero los que se acercaron iniciaron un enorme compartir.

Cientos de soldados enemigos comenzaron a hablar sin armas, a estrecharse las manos y a intercambiar productos. Mientras los alemanes ofrecían cigarrillos, salchichas y brandy, los británicos regalaban chocolates, carne en lata, whisky entre otros.

“Hay testimonios en los que soldados británicos decían que algunos alemanes les contaban que habían sido barberos, mesoneros, trabajadores de hoteles, en Londres. Uno incluso dijo que esperaba volver pronto”, cuenta el historiador.

Una nota  de 1914 reporta los partidos de fútbol disputados el 24 de diciembre de 1914. Foto: National Geographic

Una nota de 1914 reporta los partidos de fútbol disputados el 24 de diciembre de 1914. Foto: National Geographic

Un partido de fútbol detuvo la Primera Guerra Mundial

En medio de la fraternidad por navidad y el intercambio luego de meses de una cruel guerra una pelota apareció. “Ellos hicieron su arco con unos sombreros extraños, mientras que nosotros hicimos lo mismo. No era sencillo jugar en un lugar congelado, pero eso o nos detuvo. Mantuvimos las reglas del juego a pesar de que el partido sólo duró una hora y no había árbitro”, escribió el teniente alemán Johannes Niemman de acuerdo a ABC.

“Compartimos cigarrillos, golosinas, con los alemanes y de algún lugar, de alguna manera, el fútbol apareció. No fue que formáramos un equipo, de ninguna manera se trató de un partido entre equipos. Todos estábamos jugando”, contó Ernie William, del regimiento británico, según BBC.

En una cancha improvisada donde cientos de soldados habían muerto el resultado no importó ya que por un instante dejaban atrás la agonía de la guerra, el frío y las balas por un momento de felicidad, jugando al fútbol.