Francia no reincorporará a médicos no vacunados contra la COVID-19
En el país europeo, el personal médico está obligado a vacunarse para poder ejercer en centros médicos.
El Gobierno francés se opuso a reincorporar al personal médico suspendido por no vacunarse contra la COVID-19, siguiendo la opinión de las autoridades de salud, en pleno debate sobre su readmisión ante la falta de sanitarios.
El ministro de Salud de Francia, François Braun, dijo durante una visita a Fontainebleau, a unos 55 kilómetros al sureste de París, que la Academia de Medicina, el Consejo Científico y la Alta Autoridad de Salud (HAS) dieron una opinión negativa en la actual situación.
“No serán reintegrados”, confirmó ante el medio CNews. El ministro detalló que se reunirá con los sindicatos a partir de la próxima semana para explicarles la situación y ver cómo salir de ella “quizás” dentro de varios meses.
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En Francia, el personal médico y de cuidados está obligado desde el año pasado a vacunarse contra el coronavirus para poder ejercer en centros de salud y residencias de ancianos, bajo pena de ser suspendidos de empleo y sueldo.
El último 5 de julio, Braun precisó en la Asamblea Nacional (Cámara Baja) que el personal suspendido en estos centros (incluyendo trabajadores técnicos y administrativos) es un 0,53%, un “porcentaje muy bajo”, y unas 12.000 personas.
Su situación agitó el debate político en Francia en las últimas semanas, sobre todo en el Parlamento, donde diputados de izquierda radical, derecha y ultraderecha criticaron que se les impida ejercer su actividad en un contexto de falta de personal.
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Los legisladores se pronunciaron el jueves a favor de que su reingreso sea automático si la HAS otorgaba su visto bueno, pero este viernes el organismo estimó que la situación epidemiológica no pone en entredicho, por ahora, la vacunación obligatoria de estos trabajadores.
La vacunación obligatoria favorece “una mejor protección de las personas curadas o atendidas; entre ellas, en primera línea, las más vulnerables”, concluyó esta autoridad, que minimiza la pérdida de eficacia de los inyectables ante los contagios.
La séptima ola golpea los territorios de Francia (90.000 casos diarios la semana pasada), aunque las hospitalizaciones (más de 7.000 en ese periodo) y decesos (590) siguen en aumento, según las autoridades sanitarias.