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Daniel Ortega asume su cuarto mandato en Nicaragua bajo nuevas sanciones y con pocos aliados

Ortega recibió la banda presidencial en medio de un extenso rechazo de la comunidad internacional a las elecciones en las que resultó reelegido el pasado noviembre y con la ausencia de la mayoría de líderes de América Latina.

Daniel Ortega, un exguerrillero de 75 años que está en el poder desde 2007, busca obtener un cuarto mandato. Foto: EFE
Daniel Ortega, un exguerrillero de 75 años que está en el poder desde 2007, busca obtener un cuarto mandato. Foto: EFE

El presidente izquierdista de Nicaragua, Daniel Ortega, asumió este lunes su cuarto mandato consecutivo castigado por nuevas sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), pero apoyado por China y Rusia.

Con un “sí, lo juro” respetar la Constitución y las leyes, Ortega recibió la banda presidencial del titular del parlamento Gustavo Porras, en una sesión solemne con la presencia de los presidentes aliados de Venezuela, Nicolás Maduro; de Cuba, Miguel Díaz Canel y el mandatario saliente de Honduras, Juan Orlando Hernández.

Horas antes, Washington y Bruselas anunciaron nuevas sanciones contra funcionarios nicaragüenses e insistieron con que fueron una “farsa” las elecciones ganadas en noviembre por Ortega, con su esposa Rosario Murillo nuevamente como vicepresidenta.

“El régimen de Ortega-Murillo continúa con su sometimiento de la democracia al organizar unas elecciones falsas, silenciar a la oposición pacífica y detener a cientos de personas como presos políticos”, dijo departamento del Tesoro de Estados Unidos.

El Consejo Europeo, en tanto, señaló que Ortega y Murillo “son responsables de graves violaciones de derechos humanos, incluida la represión de la sociedad civil, el apoyo a elecciones presidenciales y parlamentarias fraudulentas, y el socavamiento de la democracia y el estado de derecho”.

En su discurso inaugural, Ortega, de 76 años, ironizó sobre las sanciones de Washington, que alcanzaron a la presidenta del Consejo Supremo Electoral, Brenda Rocha.

“Fue condecorada.. el imperio yanqui una vez más ensañándose”, reclamó Ortega, quien tildó las medidas estadounidenses de acciones “cobardes” que “se ensañan (...) no solo con Nicaragua”, sino también con Cuba y Venezuela, que también han sido sometidos desde hace años “a sanciones brutales” que deben cesar.

En los últimos tres años Estados Unidos y la UE lanzaron nuevas sanciones contra familiares, allegados, funcionarios y algunas entidades de Nicaragua como la Policía y la Fiscalía, por corrupción y violación a los derechos humanos.

Washington y Bruselas consideran que no fueron “democráticas” las elecciones del 7 noviembre, en las que Ortega resultó reelegido con los principales opositores presos o en el exilio.

Varios países latinoamericanos a través de la Organización de Estados Americanos (OEA) desconocieron también la legitimidad de los comicios y demandaron la liberación de los opositores presos.

Las acciones de la comunidad internacional han sido calificadas por Ortega como “agresiones” contra su país.

En discurso, Ortega insinuó la apertura de una nueva etapa para reanudar planes de gobierno interrumpidos por las protestas que estallaron en 2018, pero no dio detalles.

“Nuestra meta es darle continuidad a la buena marcha que traíamos hasta abril del 2018. Eso, borrón y cuenta nueva”, dijo.

Rusia y China

Manuel Orozco, analista y miembro de Diálogo Interamericano, dijo a la AFP que Ortega y Murillo inauguran su mandato “no sin desafíos” debido a la presión internacional, el descontento ciudadano, una situación socioeconómica gravemente deteriorada y una fuerte disidencia entre su base gubernamental y la élite sandinista.

Ortega trata de equilibrar esos desafíos acercándose a Rusia y a China, pero sin efectuar cambios políticos en lo interno, conservando el aparato represivo y manteniendo a los presos políticos como tarjeta de transacción, apuntó Orozco.

En ese contexto, Ortega reanudó relaciones diplomáticas con China en diciembre, tras deshacer los nexos que el país mantuvo por más de 30 años con Taiwán y reconocer el principio de “una sola China”.

El restablecimiento de relaciones con Pekín vino acompañado por una donación de miles de vacunas y, tres semanas después, la apertura en Managua de la embajada del país asiático.

Ortega destacó en su discurso los acuerdos de cooperación, que suscribió este lunes, su hijo Laureano, asesor para las inversiones, con la delegación de China, sobre cooperación para integrar a Nicaragua a la nueva ruta de la seda, una iniciativa de Pekín.

Managua estrechó sus lazos con Moscú, que le ha proporcionado una amplia cooperación, desde trigo, vacunas contra la COVID-19 y autobuses para renovar transporte colectivo hasta una estación satelital.

Además de los mandatarios de Cuba, Venezuela y Honduras , asistieron a su investidura dignatarios de Bolivia, China, México, Rusia, Bielorrusia Palestina, Corea del Norte, Siria y República Árabe Saharaui Democrática, entre otros.

El nuevo mandato y los presos

La liberación de unos 160 opositores presos pesará en las decisiones que adopte Ortega en el comienzo de su cuarto mandato, según Orozco y la poetisa y disidente sandinista Gioconda Belli.

Más de 40 opositores, periodistas y críticos del Gobierno fueron detenidos entre junio y diciembre de 2021, incluidos siete potenciales rivales de Ortega en las elecciones de noviembre.

A este grupo se suman otras 120 personas que están encarceladas por participar en las protestas del 2018, cuya represión dejó 355 muertos y más de 100.000 exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El Gobierno considera que los detenidos son “criminales” que se organizaron para un golpe de Estado con ayuda de Estados Unidos.