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Los malabarismos de los demócratas de EE. UU. para evitar un cierre de Gobierno

Los demócratas buscan la forma de aprobar una ley para impedir que la Administración de Biden se quede sin fondos y así pueda aumentar o suspender el techo de deuda.

El presidente Joe Biden se dirigirá a la nación desde el Capitolio de Washington D. C., sede del Congreso. Foto: EFE
El presidente Joe Biden se dirigirá a la nación desde el Capitolio de Washington D. C., sede del Congreso. Foto: EFE

En las últimas horas, el liderazgo demócrata del Congreso de EE. UU. ha tenido que cambiar de estrategia para evitar que la Administración se quede sin fondos en la medianoche del jueves y para sacar adelante el plan de infraestructuras del presidente estadounidense, Joe Biden.

Los republicanos no han dejado muchas opciones a los líderes demócratas en el Senado, Chuck Schumer, y en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que están evaluando diferentes opciones para hacer lo máximo posible con las estrechas mayorías que tienen en el Congreso, dijo a EFE un asesor de alto rango del partido.

A dos días del cierre de la Administración

Hay dos asuntos urgentes: aprobar una ley para impedir que la Administración se quede sin fondos en la medianoche del jueves y aumentar o suspender el techo de deuda para evitar que EE. UU. incurra en una suspensión de pagos de la deuda nacional el 18 de octubre.

Hasta ahora, los demócratas habían vinculado las dos medidas y las habían metido en un paquete legislativo de manera que una no podía aprobarse sin la otra; pero el lunes por la noche los republicanos del Senado bloquearon ese paquete porque no quieren aumentar la deuda nacional, aunque han dicho que sí votarán a favor de extender la financiación del Gobierno.

Ante esa situación, Schumer anunció este martes que desvinculará las dos medidas y someterá inmediatamente a voto el aumento del techo de deuda.

Lo hará usando un procedimiento que permitiría a los demócratas aprobar esa medida con los 50 escaños que tienen en el Senado y sin tener que superar la barrera de 60 votos necesaria para la mayoría de leyes.

Sin embargo, para que saliera adelante la estrategia de Schumer, los republicanos deberían abstenerse en el voto de procedimiento, algo que probablemente no ocurrirá.

Mientras tanto, está habiendo conversaciones en el Congreso sobre la posibilidad de aprobar una ley que evite el temido cierre de la Administración el jueves y permita extender la financiación durante algunas semanas, algo que contaría con el apoyo de demócratas y republicanos, dijo a EFE una fuente legislativa.

Guerra interna en el partido demócrata

De manera paralela, Pelosi está intentando unir al ala moderada y progresista de su partido para aprobar el jueves en la Cámara Baja una ley de infraestructuras de 1,2 billones de dólares que ya recibió el visto bueno del Senado.

Hasta ahora, el liderazgo demócrata había prometido que esa ley se aprobaría al mismo tiempo que un paquete de gasto social de 3,5 billones de dólares, que es una prioridad para el ala más progresista.

Sin embargo, el lunes por la noche, Pelosi se reunió en el sótano del Capitolio con miembros de su partido, les dijo que el tiempo apremia y pidió a los miembros más progresista de su partido que voten el jueves a favor de la ley de infraestructuras sin condicionarla al plan de gasto social.

Esa idea no ha gustado nada a alguno de los miembros más progresistas, que temen verse engañados y que este martes airearon su frustración ante la prensa.

“Cuando era pequeño, mi padre me dijo que hay una línea muy fina entre ser un buen chico y ser tonto. No quiero que me pasen por encima”, dijo este martes el legislador Jim McGovern, del ala progresista, a la salida de una reunión a puerta cerrada entre miembros del Partido Demócrata.

McGovern, como otros progresistas, prometió que no votará a favor de la ley infraestructuras de 1,2 billones de dólares hasta estar seguro que el plan social será aprobado en el futuro.

Biden, por su parte, está intentando conseguir concesiones del ala moderada y este martes se reunió en la Casa Blanca con dos de sus miembros más importantes, los senadores Joe Manchin y Kyrsten Sinema.