INEI: Se incrementa el número de hogares pobres jefaturados por mujeres
De 2022 a 2023, el porcentaje de mujeres que lideran sus hogares económicamente creció en 3 puntos.
De acuerdo al informe sobre la evolución de la pobreza en el Perú realizado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), los hogares nucleares pobres encabezados por mujeres presentaron un incremento de tres puntos porcentuales respecto al 2022, por lo que llegó al 57,2% en el 2023.
Se observa, además, que dentro de estos hogares nucleares liderados por mujeres, el 2,9% son biparentales y sin hijos, el 20,2% son biparentales con hijos y el 34,2% monoparentales. Asimismo, en todos ellos, quien lleva el pan a casa es la mujer.
De igual forma, se destaca que la edad promedio de un jefe de hogar pobre bordea los 50 años. No obstante, según el área de residencia, esto podría variar. Por ejemplo, en el área urbana, la edad promedio es de 49 años, mientras que en el área rural es de 53 años.
Por otro lado, en el universo de hogares pobres peruanos, se sabe que el 73,7% tiene entre sus miembros por lo menos un niño o un adolescente menor de 18 años. Mientras tanto, en los hogares no pobres, esta cifra llega a 47,5% y en los no pobres vulnerables a 61,1%
Avanza la pobreza en Lima
Los ingresos y la capacidad de gasto a nivel nacional se han contraído hasta en poco más de 10% en el país, pero en Lima metropolitana el impacto ha sido más pronunciado: -17,1% los ingresos per cápita mensuales y -17,2% el gasto real.
Además, en la ciudad, la población en situación de pobreza creció casi tres veces entre el 2016 y el 2023, pues pasó de 11% a 28,7%, en datos del INEI.
“Antes, los peruanos de provincia decían ‘vamos a Lima porque allá hay menos pobreza y más oportunidades’, pero ahora vemos que Lima está muy cerca del promedio nacional (29%). Ya no tiene (la capital) esa ventaja”, comentó el investigador del IRD, Javier Herrera, para La República.
Por otro lado, el representante del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) afirmó que la calidad de alimentación de los limeños también continúa deteriorándose, ya que han tenido que restringir sus gastos en bienes esenciales. Se estima que 4 de cada 10 limeños pasan hambre.