Científicos chinos descubren “óxido de hierro” en el suelo lunar que revoluciona lo que sabíamos sobre la Luna
Las muestras de una misión lunar contienen óxidos de hierro, que antes se creían ausentes en la luna.
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El hallazgo de óxido de hierro en el suelo lunar ha abierto un nuevo capítulo en el estudio de la Luna. Un equipo de científicos chinos identificó restos microscópicos en las muestras recolectadas por la misión Chang’e-6, que regresó a la Tierra en junio de 2024. La investigación fue publicada el pasado viernes en la revista Science Advances.
Durante décadas, la comunidad científica sostuvo que el entorno lunar no favorecía la formación de óxidos de hierro debido a su atmósfera extremadamente delgada y su composición química reducida.
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El óxido de hierro en el suelo lunar
El estudio de la Universidad de Shandong junto con el Instituto de Geoquímica de la Academia China de Ciencias y la Universidad de Yunnan, logró identificar partículas de hematita y maghemita, dos formas cristalinas de óxido de hierro, en fragmentos milimétricos de regolito lunar.

Muestra del suelo lunar obtenida por la misión Chang’e-6. Foto: CCTV
Estos compuestos, conocidos por su característico color rojizo, se detectaron mediante microscopía electrónica de alta precisión. Según los autores, las partículas se hallaban incrustadas dentro de rocas brechosas, es decir, fragmentos cementados por eventos de alta energía como impactos de meteoritos.
A diferencia de las muestras recolectadas por las misiones Apollo en los años 70, en las que se atribuyó la presencia de óxidos a contaminación terrestre, el análisis de Chang’e-6 confirma que estos minerales son intrínsecos a la Luna. Esta es la primera vez que se obtiene una prueba mineralógica concluyente que respalda las observaciones hechas por sensores remotos desde 2020.
El descubrimiento que desafía teorías anteriores sobre la Luna
Desde hace décadas, los científicos describieron a la Luna como un entorno seco y carente de oxígeno libre, donde la presencia de óxidos de hierro era improbable. Un estudio publicado en 1971, basado en datos del programa Apollo, sugirió que los compuestos férricos eran inestables en la superficie lunar y probablemente ingresaron desde la Tierra durante el manejo de las muestras.

Módulo de aterrizaje Chang'e-6 de China alunizó en la cara oculta de la Luna. Foto: Administración Espacial Nacional de China
Sin embargo, investigaciones recientes, como las realizadas con el Moon Mineralogy Mapper, revelaron indicios de hematita en las regiones polares del satélite. Las muestras traídas por la misión Chang’e-5 en 2022 ya habían mostrado trazas de magnetita, aunque en fases nanoscópicas.
El análisis actual, con material fresco de una zona nunca antes explorada —la cuenca del Polo Sur–Aitken—, ha ofrecido evidencia tangible de que el proceso de oxidación sí ocurre en determinadas condiciones dentro del entorno lunar.
La posible causa de la “oxidación lunar”
Los investigadores propusieron que los óxidos de hierro podrían haberse formado durante impactos meteóricos de gran escala, que generan temperaturas extremas y liberan oxígeno atrapado en minerales ricos en azufre, como la troilita. Durante este tipo de eventos, el oxígeno reacciona rápidamente con los compuestos de hierro del regolito, generando óxidos como hematita.
Las muestras de Chang’e-6 provienen de un área geológicamente ideal para este tipo de investigaciones: la cuenca Polo Sur–Aitken, uno de los cráteres de impacto más antiguos y profundos del sistema solar. Esta región no ha sido cubierta por flujos de lava posteriores, lo que permite estudiar con mayor precisión los efectos de colisiones antiguas.





















