Otárola confirma intervención quirúrgica de Dina Boluarte
Ciencia

¿Qué le pasaría al cuerpo de un astronauta si se quitara su traje en el espacio?

¿Vas a congelarte, explotar o hervir como sugieren las películas? Esto es lo que realmente sucedería.

Los astronautas de la NASA realiza caminatas espaciales desde 1965. Foto: NASA
Los astronautas de la NASA realiza caminatas espaciales desde 1965. Foto: NASA

¿Te has preguntado qué pasaría con el cuerpo de un astronauta si se quitara su traje en el espacio o si de pronto este tuviera una falla grave durante una camina espacial? ¿El cuerpo se congelaría, herviría o explotaría como retratan algunas películas? En esta nota te contamos qué ocurriría realmente y si sería posible sobrevivir en dicha situación.

Consecuencias de exponer el cuerpo al espacio

Los seres humanos podemos respirar en la Tierra debido a que nuestro planeta posee atmósfera, una capa que mantiene atrapada a las moléculas de oxígeno y otros gases.

Aunque no lo notemos, el aire a nuestro alrededor tiene un peso debido a la gravedad. A esta fuerza se le conoce como presión atmosférica y varía dependiendo de la altitud: es mayor al nivel del mar y disminuye con la altura.

Los cambios bruscos de presión atmosférica son peligrosos para la salud porque al cuerpo humano le toma tiempo adaptarse a cada nivel distinto de presión.

Como el espacio no tiene atmósfera, tampoco tiene presión atmosférica. Por eso, si un astronauta deja de vestir su traje espacial en ese hostil escenario, el agua que compone nuestro cuerpo (órganos y tejidos) comenzaría a hervir y formar burbujas de gas que rápidamente provocarían una falla circulatoria.

En febrero de 1984, Bruce McCandless se convirtió en el primer astronauta en moverse en el espacio sin estar conectado a una nave espacial. Foto: NASA

En febrero de 1984, Bruce McCandless se convirtió en el primer astronauta en moverse en el espacio sin estar conectado a una nave espacial. Foto: NASA

“Dado que el 60% del cuerpo humano está compuesto de agua, este es un problema grave”, señala Kris Lehnhardt, científica de elementos del Programa de Investigación Humana de la NASA ante LiveScience. “En esencia, todos los tejidos de su cuerpo que contienen agua comenzarán a expandirse”, añade.

Según Lehnhardt, la formación de burbujas en los fluidos corporales ocurriría más rápido en el agua presente en los tejidos que en la sangre, ya que el sistema circulatorio posee su propia presión interna.

Un ejemplo de descompresión en la Tierra es la enfermedad de Caisson, que le da a los buzos cuando emergen rápidamente de lo profundo del mar hacia la superficie sin hacer ninguna parada en el camino.

En un ambiente sin presión atmosférica como el espacio, el ser humano podría sobrevivir apenas dos minutos. Foto: NASA

En un ambiente sin presión atmosférica como el espacio, el ser humano podría sobrevivir apenas dos minutos. Foto: NASA

¿Sería posible sobrevivir?

“Ningún ser humano puede sobrevivir a esto; la muerte es probable en menos de dos minutos”, sostiene Lehnhardt. Experimentos de descompresión realizados en animales por la NASA, han descubierto que el límite para poder sobrevivir en este escenario varía entre 90 segundos (en perros) y 3 minutos (chimpancés).

En 1965, Jim Leblanc, un ingeniero aeroespacial de la NASA, estaba ayudando a probar el rendimiento de los trajes espaciales en una enorme cámara de vacío del Centro Espacial Johnson en Houston, cuando de pronto se desconectó la manguera que suministraba aire a presión en su traje.

Leblanc perdió el conocimiento en solo 12 o 15 segundos y recuerda que, antes de desvanecerse, sentía que su lengua pasó de estar húmeda a hervir. El técnico recuperó la conciencia al segundo 27, cuando volvieron a presurizar su traje y, aunque sobrevivió del incidente, tuvo pérdida de sensación del gusto durante 4 días.

La única vez en la que exploradores espaciales murieron por un cambio brusco de presión atmosférica fue en 1971, durante el regreso a la Tierra de la nave soviética Soyuz 11, que llevaba a los cosmonautas Vladislav Volkov, Georgy Dobrovolsky y Viktor Patsayev, quienes no utilizaban un traje espacial presurizado ni escafandras y una puerta de la cápsula se abrió a 170 km de la superficie terrestre.