¿Cómo comprobar la teoría del Big Bang con un televisor antiguo?
La luz de la ‘gran explosión’ que originó el universo todavía llega a la Tierra y la podemos ver en este aparato.
El Big Bang, la teoría más aceptada sobre cómo surgió el universo hace 13.800 millones de años, usualmente se demuestra haciendo uso de instrumentos sofisticados, como los telescopios, los cuales nos revelan, por ejemplo, que el universo se está expandiendo.
Sin embargo, un método más sencillo para comprobar esta teoría cosmológica consiste en utilizar un aparato que quizá muchas personas todavía guardan en sus hogares: los televisores analógicos.
Vivimos rodeados de luz que no vemos
La primera luz en el universo, surgida aproximadamente 300.000 años después del Big Bang, todavía alumbra todos los rincones del cosmos, pero lo hace de manera débil. Esto se debe a que la longitud de onda de la luz se ha ido estirando mientras el universo se expande.
A esta luz primigenia y omnipresente se le conoce como la radiación del fondo de microondas (CMB, por sus siglas en inglés). Aunque no la podamos observar a simple vista, está impregnada en todo el cielo a donde quiera que miremos.
La radiación del fondo de microondas es la luz más antigua del universo, cuando tenía 380.000 años. Foto: ESA / Planck Collaboration
Si bien nos es imposible ver el ‘gran estallido’, sí podemos capturar su ‘eco’ a través de un televisor analógico, aquellos dispositivos que funcionaban con antenas y abundaban antes de la era digital.
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Una prueba casera para demostrar el Big Bang
La TV analógica sirve como una prueba casera para comprobar que ocurrió el Big Bang sencillamente porque su antena puede captar —débilmente— la radiación que nació tras este evento cósmico.
Según la NASA, la radiación del fondo microondas es responsable de una pequeña parte de la estática de estos antiguos dispositivos. La estática (o ‘nieve’) es aquel ruido —traducido en imagen, como puntos desordenados de color blanco y negros— que aparece en la pantalla cuando la televisión sintonizaba un canal para el cual no había una emisora cercana.
Estática de la televisión analógica. Foto: Flickr
Y es que las antenas de estas máquinas captan señales microondas y ondas de radio de fuentes aleatorias: transmisión de radio hechas por humanos, la radiación del Sol y otros fenómenos astronómicos como púlsares, rayos cósmicos y agujeros negros, explica el astrofísico Ethan Siegel en una nota del portal de noticias científicas Big Think (claro está que estas últimas fuentes son captadas en menor medida por su extremada lejanía).
Siegel también propone un experimento para la imaginación: si uno pudiera encender un televisor analógico en la Luna y desde una zona que momentáneamente está desprovista de radiación solar, esta pequeña cantidad de estática proveniente del Big Bang aún se mostraría en el artefacto analógico.
Lo mismo sucede con la radio, que es una especie de radiotelescopio útil en la Tierra, pero muy débil para captar la radiación del espacio de la misma forma en que lo hace la televisión antigua.
El ruido estático omnipresente del Big Bang fue el principal motivo por el cual, en 1965, los radioastrónomos Arno Penzias y Robert Wilson descubrieron que el CMB era luz que había viajado cientos de millones de años luz.