Lima, con una población que supera los 11 millones de habitantes, enfrenta uno de los mayores retos urbanos de la región: su sistema de transporte. A pesar de los esfuerzos por mejorar la conectividad, como la construcción de la vía expresa sur y el avance de la línea 2 del metro, la ciudad aún está lejos de contar con una infraestructura de transporte eficiente y moderna.
En este contexto, el arquitecto urbanista peruano Augusto Ortiz de Zevallos, en una entrevista con 24 horas de Panorama, alerta sobre el retraso histórico de Lima, que lleva más de 100 años en materia de interconexión y movilidad. ¿Cuántos años más deberá esperar Lima para dejar atrás una ciudad marcada por la marginalidad y el tránsito caótico?
Lima enfrenta un grave atraso en materia de transporte e interconexión, un problema que persiste desde hace más de un siglo. Según el arquitecto urbanista peruano Augusto Ortiz de Zevallos, la ciudad se encuentra sumida en un caos vehicular debido a la falta de una red de transporte integrada.
"Entonces, tenemos un atraso de un siglo. Lima es este garabato inmenso, correcto. ¿Para qué me sirve un solo tren, o un solo o muy pocos ejes de metropolitanos y complementarios? Si lo que tengo es una malagua, ¿no es cierto? Entonces, lo que yo necesito es una suma, es una malla, una red", señala el arquitecto.
La falta de una planificación integral ha retrasado proyectos clave que ya estaban proyectados hace décadas. De hecho, según el experto, desde 1971 existe un estudio con planos listos para construir el metro subterráneo, una infraestructura que ya ha sido implementada en otras ciudades de Latinoamérica, como Buenos Aires, hace más de 100 años.
"Lima es este garabato inmenso", manifiesta Augusto Ortiz de Zevallos. Foto: 24 Horas
El tráfico insoportable, la proliferación del transporte informal y la escasa interconexión entre los distintos puntos de la ciudad han afectado la calidad de vida de millones de limeños. Según Augusto Ortiz de Zevallos, la ciudad necesita mucho más que unos pocos ejes de transporte para lograr una conectividad eficiente. "Lo que yo necesito es una suma, es una malla, una red", afirma el arquitecto urbanista.
En una ciudad de más de 11 millones de habitantes, el sistema de transporte no responde a la expansión de la metrópoli, lo que obliga a muchas personas a depender de medios informales, como las combis, para llegar a sus destinos. Esta carencia de opciones formales y eficaces también ha perpetuado las desigualdades en el acceso a la movilidad.
El tráfico vehicular también se debe al uso excesivo de autos privados que se utilizan en Lima. Foto: difusión
Según Augusto Ortiz de Zevallos, el desarrollo de transporte en Lima debe basarse en la planificación de un sistema que permita integrar diversos modos de transporte, incluyendo opciones que favorezcan la movilidad no motorizada: "Parte del camino hacia el desarrollo es buscar ello, el desarrollo del transporte sostenible".
El arquitecto urbanista peruano subraya que la ciudad debe avanzar hacia un modelo que fomente el uso de la bicicleta y la caminata. Para ello, es necesario un cambio en la manera en que se toman las decisiones, adoptando una visión a largo plazo que priorice la sostenibilidad y la equidad en el acceso a la movilidad.
El sistema de transporte actual no cubre toda la ciudad de Lima, por lo que los usuarios se ven afectados. Foto: Municipalidad Metropolitana de Lima
El arquitecto urbanista comenta que en Lima se observa una clara marginalidad, especialmente en las zonas más alejadas, donde los habitantes se ven obligados a utilizar estos servicios informales debido a la escasa cobertura del transporte público formal. Además, la situación es aún más compleja para personas con condiciones especiales, como los usuarios con discapacidad, quienes enfrentan grandes dificultades para movilizarse en medio del caos del tráfico.
La construcción del Metro de Lima se desarrolló en dos fases y tardó 25 años en completarse. La primera fase comenzó en 1986, cuando Alan García, en su primer mandato, anunció el inicio del proyecto para establecer el primer tren eléctrico de la ciudad. Sin embargo, después de cuatro años, solo se habían construido 2 kilómetros, lo que representaba un avance limitado.
Cuando Alberto Fujimori asumió la presidencia, los ciudadanos esperaban que la obra continuara; pero, sorprendentemente, el proyecto fue abandonado, y esta situación se mantuvo durante la gestión de Alejandro Toledo.
Fue recién 20 años después, en 2009, cuando se retomó la segunda fase de la construcción del tren eléctrico. ¿Por qué se dio este retraso? Durante su segundo mandato, Alan García decidió reactivar el proyecto para cumplir con una promesa hecha a la población, luego de que el proyecto se pospuso debido a la crisis económica y los cambios de gobierno. No obstante, esta reactivación del proyecto estuvo marcada por escándalos de corrupción vinculados a la empresa brasileña Odebrecht, que saldrían a la luz años después.
Alan García durante el proyecto del Metro de Lima. Foto: El Peruano