El conocido distrito del Rímac cuenta con un puente que lo conecta con el Centro de Lima. Es el puente Ricardo Palma, que cerró temporalmente hace poco a causa de un accidente de tránsito. Esta infraestructura no solo ha brindado múltiples ventajas para el tránsito vehicular, sino que también ha sido un importante vínculo entre ambos distritos.
A raíz del reciente incidente que provocó su inevitable cierre, las autoridades de la Municipalidad de Lima tomaron las medidas necesarias para clausurar el tránsito en la avenida donde está ubicado el puente.
No obstante, a lo largo del tiempo, la construcción de nuevas infraestructuras para reducir el tráfico vehicular ha representado un verdadero desafío para la ciudad más poblada del Perú. Por ello, hay puentes de piedra, madera y hierro. Esto, sin duda, ha sido crucial en la vida de los limeños. Así, en 1962, se integró una nueva pieza a la red vial: el famoso puente Ricardo Palma.
El puente permanecerá cerrado por temporalmente debido a un accidente de tránsito en la avenida donde está ubicado. Foto: Andina
El 18 de enero de 1962, el aquel entonces alcalde de Lima, Héctor García Ribeyro, junto a autoridades locales e invitados especiales, inauguraron oficialmente el puente Ricardo Palma. La calurosa bienvenida que le daban a la nueva obra generaba mucha expectativa sobre las soluciones que esta misma infraestructura iba a brindar.
En una ceremonia inolvidable donde se reflejaba la emoción de los presentes, las autoridades principales se reunieron en el centro del puente para conmemorar su inauguración. El acto también incluyó la bendición del aquel entonces arzobispo Juan Landázuri Ricketts y la colocación de una cinta de los colores patrios.
Posteriormente, García Ribeyro cortó la misma cinta, lo que marcó oficialmente la inauguración de una megaobra destinada a resolver diversos problemas en la capital.
El puente Ricardo Palma se diseñó para resistir el tráfico pesado que ya en ese entonces era característico de Lima. Contaba con dos carriles de nueve metros de ancho, divididos por un sardinel, y estaba preparado para soportar hasta 36 toneladas por cada línea de tránsito.
El proyecto finalizó en diciembre de 1961, y la construcción estuvo dirigida por el ingeniero peruano Eduardo Gallo Deza. Esta obra fue una de las principales prioridades del entonces alcalde de Lima, ya que desde el primer momento se enfocó en la gestión de los plazos. Anteriormente, el exalcalde limeño García Ribeyro también había inaugurado el puente Santa Rosa, otra infraestructura clave para el sistema vial de la capital.
Asimismo, ello marcó un antes y un después para los ciudadanos del Rímac y del centro de la capital. El puente ofrecía una solución para quienes estaban cansados de sufrir el tráfico constante en la avenida. El objetivo de la construcción de la obra era garantizar su durabilidad y resistencia ante el incesante flujo vehicular que caracterizó a la ciudad durante décadas.
García Ribeyro también había destacado que el puente honraba la memoria del escritor peruano Ricardo Palma. De esta manera, no solo se garantizaba la vial seguridad, sino que también se perpetuaba la memoria del escritor, quien había dedicado su vida a preservar la cultura y tradiciones de Lima.
n aquella ceremonia de inauguración, el entonces alcalde de Rímac agradeció la entrega de dicha obra y enfatizó la importancia del plan de rehabilitación del distrito. Esto no solamente le daba la facilidad a los ciudadanos de Rímac de desplazarse de manera rápida y directa al Centro de Lima, sino también mejoraba las condiciones de vida del sector rimense.
El proyecto fue inspirado en honrar la memoria del ilustre literario Ricardo Palma. Foto: escritores.org
Uno de los aspectos más destacados que convertían al puente Ricardo Palma en un orgullo nacional era que había sido diseñado por ingenieros peruanos y, además, la mano de obra había sido mayoritariamente local. Tras la construcción de la obra, García Ribeyro Había manifestado su satisfacción porque el proyecto se había llevado a cabo con trabajadores de la misma nacionalidad, lo que demostraba la capacidad de ejecutar infraestructuras de gran magnitud.
Más allá de su funcionalidad, los limeños vieron en dicho puente una muestra de progreso, esfuerzo y sacrificio de lograr grandes retos para el desarrollo urbano de la ciudad.
Actualmente, sigue siendo una vía fundamental para la mayoría de limeños, quienes lo utilizan a diario. A pesar del reciente incidente que detuvo momentáneamente su uso, el puente Ricardo Palma tiene un lugar asegurado en la historia de la ciudad. Sin duda, es un símbolo de la capacidad de Lima para adaptarse y avanzar, al superar los retos.
El puente conecta los distritos del Rímac y Centro de Lima. Foto: Andina