El terror se apoderó de nuevo del distrito limeño de Comas. Otro conductor de combi fue asesinado; fue el segundo en 48 horas, ambas víctimas trabajaban en empresas de transporte publico diferentes, pero fueron ejecutados casi de idéntica manera: sicarios que les dispararon de cerca con una pistola alimentada con balas de 9 milímetros.
La policía ahora investiga un panfleto con amenazas, como en el primer caso.
“Todas las empresas de Collique: Uvita, El Azul, La Eticosa y Latin Cable, todo aquel que le venda droga y le genere ingresos al señor Miguel Ángel Marin Morón será ejecutado uno por uno. Esto es el principio del fin de la era Marin. No al abuso”, dice el manuscrito.
Amenazas.
Los investigadores informaron que Marín Morón, sería alias ‘Muelón’, uno de los cabecillas de la banda criminal del ‘Jorobado’. Estos dos últimos crímenes cometidos en Comas buscaron generar una fuerte conmoción. Y lo consiguieron. Sobre todo, porque muchos choferes se niegan ahora a salir a trabajar por temor a ser victimados.
José Luis Ontiveros López tenía 32 años y era chofer de confianza en la empresa Consorcio Uvita que cubre la ruta Collique-Callao. La noche del jueves el vehículo que pilotaba discurría con 15 pasajeros por la avenida Túpac Amaru, cuando a la altura del paradero Grifo Año Nuevo, fue interceptado.
Dos sujetos armados que se desplazaban en una motocicleta le cerraron el paso y le dispararon a quemarropa. Al cobrador, Luis Calle Vargas, de 25 años, le impactó un proyectil en una oreja. Él y los usuarios de la combi fueron trasladados al hospital Sergio Bernales. Tras ser atendidos les dieron de alta.
Las autoridades no descartan que se trate de un nuevo caso de extorsión y sostienen que en Comas se ha destado una ‘guerra’ por la hegemonía y el control de cobros de cupos. Este enfrentamiento sería entre una banda criminal que estaría encabezada por Erick Hernández Moreno alias ‘Monstruo’ y ‘La Banda de Jorobado’, liderada por alias ‘Muelón’, quien controlaría el cobro de extorsiones en la zona de Collique.
Asesinato en Comas.
Este crimen se suma al de Ruuthnam Berríos Pajuelo, de 32 años, chofer de la empresa El mandarino, también en Comas, y a los atentados que vienen sufriendo las unidades de la empresa Etuchisa, conocida como El Chino.
Todos estos ataques han generados distintas reacciones en las autoridades. La Comisión de Transporte y Comunicaciones del Congreso, citó al titular del MTC, Raúl Reyes Espejo para participar en la primera sesión ordinaria, el próximo lunes, e informe sobre las acciones adoptadas para la prevención y solución al problema de las extorsiones que vienen ocurriendo en diversas empresas de transporte público.
(Por Rubén Vargas Céspedes, exministro del Interior)
Rubén Vargas Céspedes, exministro del Interior.
En el mundo del hampa no hay nada más organizado que la extorsión. La cabeza de la estructura podría estar operando desde cualquiera establecimiento penitenciario, por ejemplo, en Challapalca (Tacna) y la víctima en Lima. Aunque ahora este negocio se ha sofisticado bastante. La penetración de estructuras criminales transnacionales ha traído nuevas modalidades delictivas, una de ellas es el control territorial y el uso de la violencia extrema. Este control supone una potencia de fuego y un nivel de organización que somete a todas las pre-existentes.
Exactamente ese proceso ha ocurrido en el norte del país desde hace 10 años. En este momento no hay negocio que no esté sometido a la extorsión. Ahora forma parte de los costos de producción o del servicio. Como en la época terrorista ese fenómeno criminal fue visto desde Lima con indiferencia y como algo distante. En asunto es que el tsumani, finalmente llegó a la capital. El control por la mafia de la avenida Javier Prado es el equivalente a los coches bomba de la calle Tarata. Estamos empezamos a ver el rostro de la bestia, de los nuevos dueños de las principales avenidas, de los barrios y de distritos enteros.
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El reacomodo y el control territorial va a ser muy sangriento. Los recientes asesinatos apenas es el comienzo. Es un negocio de millones de dólares mensuales de donde también se alimentan agentes estatales corruptos. Frente a estos demonios no hay oración que valga, porque sus padrinos todos los domingos se golpean el pecho.
El gobierno y sus aliados han tratado el desborde criminal con absoluta ligereza. Sus prioridades pasan por castigar a los policías que investigaron a la corrupción en el poder. Pero no es solo eso, el huaico se vino en forma de legislación «procrimen organizado». Se ha modificado la ley de colaboración eficaz, se ha acortado los plazos de la prescripción penal y, lo más grave, sacaron a la extorsión, el secuestro, el robo agravado y el sicariato del ámbito de la ley contra el crimen organizado, con esto hemos pasado de la antesala al escenario del sálvese quien pueda. Estamos sometidos por el crimen organizado, por las economías ilegales y por los cuellos blancos.