Lima vive semanas de tensión a causa de la inseguridad que tiene acorralados a los habitantes. Pese a los operativos policiales, hay una modalidad delictiva en particular que ha encendido las alertas dentro de las autoridades: el uso de explosivos para amedrentar y extorsionar a dueños y promotores de colegios en Lima y regiones.
La noche del miércoles, durante un extraño apagón, desconocidos detonaron una carga en la puerta del colegio Nuestra Señora de Monserrat en Los Olivos, institución que ayer se vio obligada a suspender las clases que perjudicaron a más de 400 alumnos.
Y aunque el director de ese plantel, Henry Uriarte, descartó que haya sido extorsionado y amenazado, la PNP no descarta que el móvil del atentado esté relacionado a ese delito.
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“Es la primera vez. Nos sorprende esta actitud que han tenido estas personas. Vamos a seguir avanzando dándole la tranquilidad a los padres que estamos tomando todas las medidas necesarias para retomar clases”, declaró ante la incertidumbre de los alumnos por este ataque con explosivos.
No es el primer caso. En marzo, un colegio de Trujillo fue dinamitado porque el director de negó a pagar S/50.000 que le exigía una banda.
El ministro del Interior, Walter Ortiz Acosta, se reunió ayer con el alcalde de Los Olivos, Felipe Castillo, en el colegio que sufrió el atentado y aseguró que brindarán todo el apoyo al centro de educativo, director, estudiantes, familiares y vecinos.
Asimismo, mencionó que están dictando todas las medidas de seguridad, como el patrullaje permanente en la zona y la presencia de la Policía. Ortiz aseguró “mano dura” contra los delincuentes y bandas criminales que ataquen colegios.
Por su parte, el alcalde de Los Olivos, Felipe Castillo, manifestó que espera más efectivos, con más recursos y con las comisarías potenciadas. “De esa forma, con más recursos humanos, presupuesto, logística, patrulleros y presencia policial, los vecinos se sentirán más seguros”, comentó.