Con información de Rosa Quincho
Un agente de la Policía Nacional del Perú (PNP) del distrito de San Isidro corrió el riesgo de perder la vida cuando un conductor se lo 'llevó' colgado de su vehículo para evadir una intervención en la av. Javier Prado. Se trata de José Coy Nova, cuyo vehículo de placa AKC - 671 se encuentra internado en uno de los depósitos de la Autoridad para el Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU).
El efectivo policial intervino una miniván que funcionaba como colectivo no autorizado. Por esta razón, el agente solicitó determinados requerimientos al presunto infractor. Fue entonces que, a fin de evitar una posible sanción, el chófer del vehículo decidió avanzar y se llevó con él al policía, que solo atinó a sujetarse con fuerza de la puerta del copiloto para no caer.
Ya en esa situación, el agente de la PNP golpeaba el parabrisas del auto y le indicaba al conductor que se detenga, pero este hizo caso omiso. La miniván siguió su rumbo con total normalidad e ingresó a la avenida Javier Prado.
Fue casi un minuto el tiempo en el que el efectivo estuvo colgado para no caer a la pista y afrontar graves consecuencias. Cuadras más adelante, el conductor coy Nova fue capturado y trasladado a una comisaría. Ante ello, la vocera de la ATU, Patricia Caballero informó a La República: “A la minivan se le estaba colocando una infracción por informalidad y se le estaba llevando a los depósitos cuando el transportista puso resistencia a la autoridad y cerró la puerta, evitando que el policía ingrese. Es en ese momento es cuando el efectivo se agarró del vehículo y puso su riesgo en vida”.
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La República pudo conocer que Javier José Coy Nova no cuenta con licencia de conducir. Entre tanto, el vehículo de placa AKC - 671, permanece internado en uno de los depósitos de la institución y el conductor será denunciado por resistencia a la autoridad y por brindar un servicio ilegal.
En los últimos años, la avenida Javier Prado ha experimentado una invasión de vehículos que ofrecen el servicio de taxi colectivo. A diferencia de otras áreas, en esta ruta predomina el uso de minivanes, lo que facilita el transporte de un mayor número de pasajeros. Diariamente, más de 200 unidades operan bajo esta modalidad, y la mayoría de estos vehículos han sido sancionados con multas.
En 2023, la Autoridad del Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU) se comprometió con los operadores de los corredores complementarios a intensificar la fiscalización de esta actividad, que representa una competencia desleal para el Corredor Rojo. No solamente los vehículos presentan antecedentes, sino también los conductores. No obstante, hasta la fecha, la situación parece no haber cambiado.
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La República identificó más de 40 rutas de taxis colectivos en la capital. Algunos operan por horarios: mañana (7.00 a. m. a 9.00 a. m.) o noche (6.00 p. m. a 9.00 p. m.). La mayoría atraviesa varios distritos, lo que implicaría tomar dos o hasta tres buses. Los principales destinos y salidas son el centro de Lima (plaza Dos de Mayo y plaza Bolognesi) y San Juan de Lurigancho (Canto Grande y av. Fernando Wiesse), uno de los distritos con mayor población y a donde también llega el Corredor Morado, de acuerdo a la ATU, de 230 buses ahora solo cuenta con 150.
“La gente opta por subirse a un colectivo porque le da un servicio más rápido y no puede estar esperando una hora en el paradero. Tenemos que darles mayores facilidades a la operación de corredores para que tengan velocidad de desplazamiento, sin invasión de su carril”, explica Alfonso Flórez, gerente general de la Fundación Transitemos.