El hambre se ha agudizado en el mundo y ya se habla de una crisis alimentaria de la que no somos ajenos. En el Perú, muchos ciudadanos se han visto obligados a reducir su consumo de alimentos, sobre todo en los últimos meses. Este es el caso de Jennifer Jiménez, dirigente de la Red de Ollas de San Juan de Miraflores, que cuenta que el alza de precios ha generado que se reparta menos comida. ‘‘Antes, a una familia de seis personas se le daba seis raciones; sin embargo, ahora se le da cuatro’’.
Durante la pandemia, estas ollas comunes entregaban desayuno, almuerzo y, en muchas ocasiones, lonche en las tardes; no obstante, dice Jiménez, actualmente solo se prepara almuerzo. Si por suerte les donan avena y azúcar, entonces los beneficiarios reciben desayuno también, pero no es seguido.
Según una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) de marzo, cuatro de cada 10 consultados tuvieron que reducir mucho su consumo de alimentos. Los más afectados son los de escasos recursos.
Fortunata Palomino, presidenta de la Red de Ollas Comunes de Lima metropolitana, explica que deben priorizar a quiénes entregar la ración completa, entre ellos los adultos mayores y niños, que resultan ser dos grupos vulnerables.
La preocupación de la dirigente es mayor hoy en día porque la anemia en niños ha empeorado en el último año. De acuerdo a la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2022, un 42,4% de menores de 6 a 35 meses tienen este problema; mientras que en el 2021 la cifra era del 38,8%.
Pero el problema no solo consiste en la cantidad de alimentos que se consume, sino en el tipo; es decir, si es nutritivo o no. Carmen Zúñiga, de la Red de Ollas Comunes de Villa María del Triunfo, sostiene que el presupuesto brindado por el Gobierno para estas organizaciones solo cubre el 50% de las calorías y proteínas necesarias. “Entonces no cumple con esa función de alimentación. Lo que reclamamos en el presupuesto es que vean todo en conjunto, también el tema de las proteínas, vitaminas, carbohidratos, todo completo. No hay una buena alimentación”, dijo.
En Comas, en el AH Nueva Esperanza, dos viviendas y una olla común quedaron afectadas tras el aumento del caudal del río Chillón. Foto: difusión
Dice que el monto asignado por persona está entre S/2,20 y S/2,50, pero desde la red se plantea que sea S/9, para que cubra el plato que incluiría carne, verdura, arroz y agua.
María Rosa Boggio, coordinadora general de Perusan, manifiesta que la respuesta del Estado para atender las ollas comunes ha sido tardía. Sumado a ello, sostiene que el apoyo que se brinda sigue siendo insuficiente porque se tiene un criterio de ‘‘complemento alimentario’’, por lo que solo entregan una tercera parte de lo que necesita la población para tener algo para comer y para tener una base alimentaria saludable.
Por su parte, Palomino, quien sostiene que hasta el momento la Red de Ollas Comunes de Lima metropolitana sigue sin tener una reunión con el alcalde Rafael López Aliaga, detalla que la Municipalidad de Lima todavía no habría designado el presupuesto que ahora le corresponde dar. Hasta el mes pasado, la responsabilidad era del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, pero a partir de julio debía pasar a manos de Lima.
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Jessica Huamán, exregidora y decana del Colegio de Nutricionistas de Lima, añade que enviaron una carta a la comuna metropolitana para conocer el presupuesto y los alimentos que entregarían desde este mes a las ollas comunes, pero a la fecha no han recibido una respuesta. Asevera que no solo se busca saber el monto destinado, sino también cuáles son las organizaciones mapeadas y el valor nutricional de los productos.
Y mientras llegan las respuestas de las autoridades, los beneficiarios de las ollas comunes continúan sin recibir raciones completas de alimento ni tampoco la nutrición necesaria, por lo que en Perú más del 50% de su población está en situación de inseguridad alimentaria, lo que equivale a cerca de 16,6 millones de personas.
Lamentablemente, el Gobierno no ha brindado las cifras sobre inseguridad alimentaria a la FAO, de las Naciones Unidas.
El Perú es el país de Sudamérica con mayor índice de inseguridad alimentaria. “Es una despensa y un destino gastronómico, pero menos de la mitad de la población tiene dificultades para acceder a una dieta saludable”, dice la FAO.
Jessica Huamán, exregidora
“Según un informe de las Naciones Unidas, el Perú tiene más del 50% de su población en situación de inseguridad alimentaria (16,6 millones). En Lima aún no atienden a la Red de Ollas Comunes hasta la fecha”.