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Sociedad

Víctima de la delincuencia en transporte informal: Me da ansiedad y nervios al ver colectivos

Joven denunció haber sido secuestrada por 2 horas, tiempo suficiente para que los ladrones le quitasen sus pertenencias y todos sus ahorros.

larepublica.pe
La víctima tomó un colectivo en el cruce de las avenidas Aviación y Javier Prado. Foto: composición La República

La delincuencia en el país es un problema que se percibe cada vez más latente, por lo que su ingente crecimiento es inversamente proporcional a la respuesta de las autoridades. Cifras recientes de la Policía Nacional del Perú (PNP) aseguran que cada 24 horas se denuncian más de 4.000 delitos, entre los cuales hay 296 son robos.

El transporte público también es considerado un espacio de inseguridad, y si es informal, el riesgo crece. Un ejemplo de ello son los colectivos que aprovechan el deficiente sistema de transporte en la capital para que su servicio sea tan demandado, a pesar del alto índice de peligrosidad que esta movilidad acarrea, tal como denunció recientemente una ciudadana ante La República.

La joven recurrió a este diario y contó que fue víctima del hampa en la modalidad de viaje millonario, catalogado así por la PNP. Este crimen se da cuando un grupo de cómplices se camufla de servicio de transporte informal: una vez que la víctima está dentro del vehículo, se le ataca para proceder a la extracción de sus pertenencias, así como al vaciado de sus cuentas bancarias.

"El día 17 de abril subí un colectivo en el cruce de la avenida Javier Prado con la avenida Aviación. En la unidad se encontraban cuatro pasajeros: tres varones y una mujer. Al percatarme de que había una mujer, no desconfié. Abordé el colectivo porque me desplazaba cerca de ese lugar. Al llegar al Jockey Plaza, por el Trébol de Javier Prado, ellos toman la ruta hacia la Panamericana Sur y sacan sus armas. Me secuestraron por aproximadamente dos horas. Me di cuenta de eso porque el vehículo lo abordé casi a las nueve de la noche y me dejaron por San Juan de Miraflores casi a las once de la noche", denunció la agraviada.

La ciudadana peruana recordó que la tuvieron con los ojos vendados, pero que, por la forma de hablar, pudo reconocer que todos eran ciudadanos venezolanos. En algún punto, el auto se detuvo para que la mujer descendiera del carro y se dirija a realizar las transacciones con las tarjetas, mientras que el resto de delincuentes se quedó apuntándole con una pistola, instigándola a liberar sus billeteras digitales.

"Yo intenté darle otras claves de teléfono y de mi tarjeta porque no quería que saquen los ahorros de mi tarjeta. Cuando se dieron cuenta de que esa no era la clave, me golpearon. Tenían armas de fuego. Me retuvieron hasta que pudieron sacarme el dinero. No llamaron a nadie por la recompensa. El objetivo era sacar el dinero de mis cuentas. Cuando se dieron cuenta de que no podían sacarme más, me dejan por la Panamericana Sur. Me sacaron S/5.200 de dos cuentas. Me dejaron cerca de la comisaría de San Juan de Miraflores. Me golpearon, pero no me dejaron heridas ni marcas", recordó.

La agraviada agregó que los hampones también se llevaron un disco duro de su trabajo y que solo le dejaron su mochila sin ningún artículo de valor.

La denuncia

Tras el trágico suceso que vivió, la joven explicó que se acercó a una persona que estaba en la cochera de su casa para pedirle ayuda y para que llamara a la Policía a fin de realizar la denuncia respectiva. Sin embargo, los agentes llegaron 40 minutos después y le proporcionaron un celular para que bloquee su celular y tarjetas. Posterior a ello, fue a la comisaría de SJM para concretar la denuncia, y empezó un proceso engorroso que la ciudadana lamentó.

"Hasta ahora no han dado videos de las cámaras. Me dijeron que va a pasar esto a Fiscalía en unos días. Luego volví y me dijeron: 'Va a pasar a Fiscalía mañana'. Hasta ahora nada. A la fecha, no sé cuál es el estado de la denuncia. También presenté un documento para solicitar los videos de las cámaras de videovigilancia de la zona. Me dijeron que ese no es el procedimiento y que ellos se van a encargar, por lo cual, no me podían recibir el documento. Solo me han dicho: 'Anda tú a ver a quién le pertenecen esas cámaras y me pasas al WhatsApp el nombre de los propietarios junto con fotos de las cámaras'", manifestó.

Sospechas

Mientras estaba expectante de las investigaciones policiales, le llegó una notificación al correo sobre uno de los montos que se había retirado de una de sus tarjetas. Ella precisa que fue una operación sin tarjeta del banco BBVA a nombre de una persona llamada Jorge.

"Con esos datos me he acercado al banco, he preguntado y ahí han podido verificar los datos de esta persona. Me hicieron ver la foto de la persona que habría retirado el dinero, pero ya no tengo esa información porque me dijeron que solo la Policía podría obtener esos datos. De todas maneras, no logré identificar si esa persona era uno de los que estuvo ese día", detalló.

La ciudadana aclaró que el número del beneficiario era de un ciudadano peruano, por lo que presume que podría ser que en estas bandas trabajen connacionales y extranjeros. Sin embargo, aunque tiene esos datos, ella no quiere revelar su identidad ni la de nadie porque teme represalias.

"Ellos (los delincuentes) se llevaron mi DNI y me dijeron que si yo denunciaba o algo me pasaría algo porque ya sabían mi dirección. Con ese temor, empecé a pensar en mudarme y estaba buscando otro lugar. Uno ya vive con miedo", añadió.

Las secuelas

La persona afectada enfatizó en lo complejo que es denunciar un hecho delictivo, ya que la demanda puede durar mucho tiempo y se tiene que estar andando de fiscalía en fiscalía. Esta situación no solo le generó daños el día del asalto, sino que ha traído consigo una serie de secuelas por las cuales ha tenido que pedir un receso forzado en su trabajo en el sector público.

"He tenido que pedir vacaciones para poder hacer todos estos papeles y trámites, porque si no, no podría continuar con la denuncia. A raíz de esto, he empezado a sufrir trastornos de ansiedad. Cuando escucho el tráfico, veo un taxi o un colectivo, me da nervios, ganas de vomitar y escalofríos", describió.

Pedido

La denunciante señala que nunca recibió amenazas de ningún tipo ni ha estado involucrada con personas que le puedan hacer daño, motivo por el cual, afirmó, el asalto que sufrió es una modalidad delincuencial que la puede pasar a cualquiera.

"Era una banda de falsos colectivos. Debería haber una clase de información en esos paraderos de colectivos para que las personas estén prevenidas. He visto que la mayoría de víctimas son mujeres", advirtió.

Canales de ayuda

Recuerda que, ante una emergencia, los números de teléfono a los que te debes comunicar son el 116, número de los bomberos, y el 105, número de la Central de Emergencia de la Policía Nacional del Perú.