Los familiares de los estudiantes muertos durante las protestas en Apurímac protagonizaron ayer escenas de dolor en los exteriores de la morgue del hospital de Andahuaylas, donde pidieron que estos “crímenes” no queden impunes.
Ellos, Jonathan Arias y Wilfredo Lizarme, estaban en el cerro Huayhuaca, alejados de las manifestaciones, pero fueron alcanzados por disparos de armas de gran potencia, señalaron.
Jonathan (18) había subido al cerro con el enamorado de su hermana Maribel, quien cuenta que el joven estaba cursando el cuarto año de secundaria y tenía el sueño de ser policía.
Madre de escolar D.A.Q. (15). Foto: difusión
“Mi hermano había ido por curiosidad, subió al cerro cuando empezaron los disparos. La policía le apuntó a él y mi pareja, quien estaba a su costado”, relata Maribel Arias. Un video que circula en las redes muestra este trágico momento.
Mientras que los familiares de Wilfredo Lizarme Barboza (18), estudiante del seminario de Abancay, denunciaron que él también fue impactado por un proyectil de largo alcance.
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“Estábamos bajando pacíficamente del cerro para irnos a nuestra casa, los manifestantes estaban protestando en la ciudad. Desde la azotea de una casa, los policías dispararon contra mi hermano. Un francotirador le disparó”, señala Luis, hermano mayor de Wilfredo.
El estudiante tenía el sueño de convetirse en médico. Su madre y sus hermanos son de bajos recursos, por lo que pidieron apoyo económico (número de contacto 943508825). “Estábamos bajando con nuestra bandera. Mi hermano siempre marchaba por su país. Amaba el deporte”, agrega Luis.
Mientras que la mamá de D.A.Q. (15) acusó de asesinos a los policías. “Quiero justicia. Es mi hijo”. El menor falleció por un disparo en los enfrentamientos del último domingo 11. Sus compañeros de colegio exclamaron: “Entregó su vida para salvarnos a nosotros los andahuaylinos. Le costó la vida”.
El Gobierno Regional de Apurímac declaró duelo del 12 al 14 de diciembre para solidarizarse con los familiares de los fallecidos, entre ellos el menor R.P.M.LL., de 16 años, quien murió por una herida de bala, y Romario Quispe Garfias (18), muerto por fractura de cráneo.