Una relación violenta se refiere a una en la que no existe el respeto y suele estar marcada por la violencia psicológica y/o física. Desde el 17 de marzo hasta el 31 de agosto de 2020, cuando se vivió el confinamiento social por la COVID-19, fueron atendidos en el Perú alrededor de 14.583 casos de violencia contra la mujer, según registros de los Equipos Itinerantes de Urgencia (EIU) autorizados por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
Los celos, gritos, actitudes controladoras, entre otros comportamientos, suelen ser normalizados y pueden llegar a mantener un vínculo que solo destruya la autoestima de la víctima. Y es que, pese al daño vivido, otra cosa que se destaca en este tipo de relaciones es que abandonarlas no suele ser tarea fácil.
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La psicóloga Karina Ruiz, con una gran experiencia en jóvenes, indicó que las personas que no tienen mucha experiencia en el aspecto romántico suelen ser las que caen con mayor facilidad en una relación de este tipo.
“Cuando eres joven y no tienes nada con qué comparar, puedes creer que este tipo de actitudes son normales o que te cela, por ejemplo, porque te quiere, lo cual es algo muy peligroso”, explicó Ruiz.
Soñar con ser infiel puede ser un mensaje de crisis en la relación. Foto: Andina
Las relaciones violentas generalmente son muy apasionadas y los sentimientos vividos en la misma suelen presentarse de una forma muy intensa, por lo que la pareja puede llegar a creer que todo el sufrimiento o las peleas valen la pena por esos pequeños momentos de felicidad, lo que está completamente alejado de la realidad.
“Una relación sana es sobre el amor bonito, sin remordimientos, sin dramas, sin sufrimiento, especialmente. Ojo, siempre habrá problemas, pero tienes que hacer un cuadro comparativo y pensar… Si te das cuenta de que el 90% de la relación te la pasas sufriendo, no es bueno para ti”, declaró la especialista.
Después de que la persona logre liberarse del vínculo malsano que la unía a esta relación destructiva, suele quedar con grandes secuelas físicas y/o psicológicas, por lo que es vital que se enfoque en sí misma y en su recuperación.
La psicóloga Karina Ruiz nos brinda unos puntos clave para poder enfrentar este momento tan crítico.
En estas situaciones, uno de los puntos más fundamentales es buscar ayuda. Un psicólogo puede resultar vital para poder orientar a la víctima, además de que evita que esta caiga en el mismo patrón y busque otra pareja que vuelva a lastimarla.
Ir a terapia luego de salir de una relación tóxica es un punto fundamental en la recuperación emocional de la víctima. Foto: MundoPsicologicos/Instagram
“Lo principal es la terapia, porque ahí puede descubrir razones por las que permaneció en esa relación y, si ha tenido más de una relación tóxica, puede descubrir por qué sigue un patrón”, precisó la especialista.
Cuando una persona sale de una relación tóxica, tiene que tener muy en claro qué cosas ya nunca va a volver a permitir en otra futura unión romántica.
“Se debería hacer una lista con todas las cosas que considere que son tóxicas en cuanto a una relación. Es muy importante que comprenda qué cosas la lastimaron para que no vuelva a repetir patrones”, explicó Ruiz.
El apoyo de los seres más queridos de la víctima va a ser fundamental en su proceso de recuperación. Las heridas psicológicas pueden ser más difíciles de curar que las físicas, por eso va a necesitar que su familia esté dispuesta a escuchar, sin hacer juicios de valor sobre sus actitudes o relaciones pasadas.
La víctima debe establecer límites y tener muy en claro que cosas no va a volver a permitir en una relación a futuro. Foto: Minsa.
“Es recomendable que se mantenga una comunicación abierta con familiares y amigos. Eso ayudaría a identificar rasgos o acciones que podrían indicar que se encuentra en una relación tóxica”, manifestó la especialista.
Para que la víctima no vuelva a caer en una relación destructiva es importante entender y definir qué es una relación violenta.
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Con la ayuda de un terapeuta, escribiéndole, o incluso hablando sola, es recomendable que la víctima reflexione sobre el vínculo vivido y establezca punto por punto qué partes fueron negativas para sí misma. De este modo, comprenderá qué aspectos emocionales no puede permitir que ocurran nuevamente.
“No se puede evitar hacer algo que te hace daño, si no sabes exactamente qué te está haciendo daño”, concluyó la psicóloga.