Miguel Ángel Pautrat Angeles (56) era un trabajador de la empresa Movistar que, por la actual coyuntura, venía laborando de forma remota en su vivienda. No obstante, hace unos días comenzó a sentirse fatigado y con algunos malestares de cuerpo. Estos síntomas lo alertaron y decidió ir el 31 de enero a la clínica Providencia en San Miguel.
En el lugar, le confirmaron haber dado positivo para COVID-19 y que sus pulmones ya se estaban viendo afectados por la enfermedad. Según información de sus familiares, Miguel Ángel no habría tenido, hasta ese momento, ningún síntoma de consideración, pero estando en la clínica lo alertaron de su baja saturación. “Le dijeron que su saturación estaba disminuyendo pero de forma lenta y que por eso debía quedarse”, contó su hermana Teresa Pautrat Ángeles.
A raíz de esto, tuvieron que colocarle oxígeno y, posteriormente —según los doctores—, internarlo en la Unidad de Cuidados Intensivos. Desde ese momento, pasaron algunas semanas y todo daba a entender que la salud de Miguel Ángel iba a mejorar.
Es así que Teresa Pautrat decidió ir este 15 de febrero a la clínica para que le sigan dando mayor información del estado de su hermano; sin embargo, le informaron que había fallecido el sábado 13 de febrero. Indignada, comenzó a reclamarle al personal por la falta de información oportuna, ya que nunca los llamaron el mismo día en que ocurrió el deceso.
Al igual que en el caso de la familia Pautrat, habían otras personas aguardando en la recepción por información sobre el estado de sus familiares; no obstante, la mayoría se quejaba por una aparente lentitud en la atención. Este sería también el caso del señor Eduardo Rivera Córdova.
Rivera se encontraba reclamando en el interior de este nosocomio junto a la familia Pautrat. Todos coinciden en que, al parecer, la clínica no tendría el personal suficiente para atender a los pacientes y menos en llamar para avisar sobre el estado de salud de los que están internados. Olga Córdova Nieves (80) es la madre de Rivera y entró por un derrame cerebral a la Unidad de Cuidados Intensivos. Ya habrían pasado tres días y el neurólogo que tenía que atender el caso no se habría hecho presente. Esto estaría causando que el estado de salud de la adulta mayor se esté agravando.
Sumado a esto, Rivera también habría reclamado por el mal trato al público que tendría la jefa del área. Los presentes grabaron un video donde se observa a una trabajadores alzando los hombros ante los reclamos.
Ante las denuncias hechas por las familias, nos comunicamos con el personal de la clínica Providencia y mencionaron que, por el momento, iban a abstenerse de brindar alguna declaración.