Para octubre próximo se tiene previsto el inicio de los ensayos con pacientes de la prueba molecular rápida desarrollada por el equipo de investigadores de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). De esta manera, y conforme avance la validación de campo, en un mes o mes y medio ya podría arrancar el uso de esta tecnología para la detección del virus SARS-CoV-2.
Estos plazos, sin embargo, dependerán de la evolución de otras gestiones, algunas ya en marcha, como la adquisición de financiamiento y el cierre de convenios para la obtención de las muestras de pacientes. “Confío en que comencemos (los ensayos) en 2 o 3 semanas y, como la normativa nos permite empezar a usar la prueba antes de terminar esta validación, podríamos acogernos a eso y en un mes y medio tener la posibilidad de usarlas”, explicó a La República el neurobiólogo Edward Málaga Trillo, a cargo del proyecto.
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La normativa a la que hace referencia son los lineamientos emitidos, tras la alerta de los investigadores, a inicios de este mes por el Ministerio de Salud.
Al respecto, la última semana, la Digemid aseguró que las autorizaciones sanitarias para la fabricación y uso de los productos en investigación se emitirán en no más de 5 días. “A partir de ese momento, podríamos implementar la prueba comprando los insumos, sin aún haberla producido”, afirmó Málaga-Trillo.
Según él, el tiempo estimado hasta llegar a la producción local era de 3 a 4 meses. Por eso, y mientras se avanza en ello, han propuesto una opción para acelerar su implementación: comprar insumos, instruir a los profesionales en laboratorios y hospitales para que ellos mismos puedan aplicar la prueba. “No tendríamos, en teoría, que esperar a que el producto sea manufacturado en el Perú sino que, al recibir la autorización de uso, capacitaríamos en los lugares donde se requiera”.
“Hay una diferencia entre que compres el producto hecho y que te den la receta, compres los ingredientes y te enseñen a hacerlo. Así ya no tendríamos que esperar a que esté producido en el Perú”, agregó.
Hasta el momento, este proyecto, al igual que el promovido por BTS Consultores, ha concluido la fase de validación analítica o en laboratorio. Ahora, para la validación de campo (ensayos con personas), se requerirá tomar muestras frescas de pacientes y, con base en los resultados, medir la eficiencia de la prueba.
En este proceso, que arrancaría el otro mes, se usarían entre 400 y 500 muestras, las cuales provendrían de tres fuentes: Clínica Médica Cayetano Heredia, EsSalud y laboratorios Roe. “Con eso buscamos que los estudios sean más rigurosos. Esperamos que uno sea fuera de Lima”.
El investigador informó además sobre una alianza con BTS, que ya tiene una planta lista para la producción. Lo que se evaluará, entonces, es si sería compatible a su método y así comenzar la producción en el Perú.
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