El laboratorio chino Sinopharm, que en unos días iniciará ensayos clínicos de sus vacunas contra la COVID-19 en 6.000 voluntarios peruanos, se vio envuelto en un caso de incumplimiento de normatividad sanitaria en 2017. Durante dicho año, el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, perteneciente a la compañía, tuvo que retirar del mercado más de 400.000 dosis de una vacuna triple contra la difteria, tétanos y tos ferina debido a que no respetaban los estándares de calidad.
El suceso fue dado a conocer este domingo en un reportaje de Cuarto Poder, que a su vez recordó que el pasado 28 de agosto el semanario Hildebrandt en sus Trece ya había advertido el historial de irregularidades asociadas al laboratorio chino Sinopharm.
Al ser consultado sobre estas prácticas por parte de la compañía, el viceministro de Salud Pública del Minsa, Luis Suárez, afirmó que todo laboratorio dispuesto a realizar ensayos clínicos en el país pasa por una estricta supervisión previa. “Personalmente lo desconozco [el caso ocurrido en 2017], pero es parte del trabajo revisar al protocolo, la vacuna y a los antecedentes del laboratorio, no cualquiera puede ser investigador principal”, reconoció.
En tanto, se dio a conocer también que se espera la llegada de un equipo de Sinopharm al Perú durante la segunda semana de septiembre. Los científicos darán inicio a la fase 3 de sus investigaciones, que consiste en probar la vacuna contra la COVID-19 en zonas con altos niveles de infección.
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