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Sociedad

Los Olivos: Trece muertos, una fiesta clandestina y varias negligencias

Asistentes trataron de escapar cuando la PNP entró a la discoteca Thomas Restobar. Doce mujeres fallecieron atropelladas y asfixiadas entre la escalera y la puerta que estuvo cerrada. Local operaba a vista y paciencia del municipio. Dueños han sido ubicados. Hay 23 detenidos, 15 de ellos con COVID-19.

En minutos todo terminó en tragedia. Doce mujeres y un hombre murieron asfixiados y aplastados al tratar de escapar de una intervención policial en la discoteca Thomas Restobar, en el distrito de Los Olivos. En ese local, un empresario había organizado una fiesta clandestina para más de 120 personas, violando las normas sanitarias que prohíben reuniones sociales por la pandemia del COVID-19.

La Policía Nacional detuvo a 23 jóvenes, entre ellos a un menor de 16 años que salió con engaños de su casa, según su madre. Hubo también tres detenidos que registraron antecedentes policiales. A todos se les sometió, luego, a pruebas serológicas. El resultado: 15 dieron positivo por el nuevo coronavirus, confirmó el director de la DIRIS Lima Norte, Claudio Ramírez.

Precisó que dos ya pasaron por la enfermedad y los otros 13 todavía “están en fase de contagio”. Ellos han sido trasladados a la Villa Panamericana.

Esta tragedia se produjo la noche del sábado, antes del inicio del toque de queda y aislamiento obligatorio, en una zona industrial de Los Olivos.

Una brigada del Escuadrón Verde llegó al lugar a las 9:05 de la noche, alertada por los vecinos, y subió hasta el segundo piso para obligar a los asistentes a retirarse. El capitán PNP José Amézquita dijo que primero pidieron que salieran las mujeres.

Sin embargo, el único acceso al local bailable era a través de una estrecha puerta que se abre hacia adentro y que conduce directo al salón por una escalera de unos 20 peldaños.

Una de las cuatro cámaras de seguridad registró el instante en que un efectivo exclama: ¡Paren la música, esto es una intervención!”. Enseguida se oye que responden: “Tombo de m…”.

Entonces, la protesta fue masiva y causó una estampida. La gente quedó atrapada mientras intentaba escapar por la escalera, muy angosta, hacia la única salida del local. La situación se agravó porque la puerta, de 90 centímetros de ancho, se cerró.

“Los organizadores pensaron que intentaban irse sin pagar”, especuló un testigo. Lo cierto es que nadie dio una explicación de cómo o quién la cerró. Eso aún sigue en investigación.

Las víctimas fueron aplastadas o murieron por asfixia. También hubo seis heridos, tres de ellos policías, de consideración.

Vidas que se fueron

Unos culpaban a la policía, asegurando que habían lanzado una bomba lacrimógena y que incluso efectuaron disparos. “Nos trataron peor que animales”, dijo Geraldine, hermana de Miksu Sánchez Sánchez, una de las fallecidas, quien deja huérfano a un hijo de 7 años.

Sin embargo, el comandante general de la PNP, Orlando Velasco, desmintió esas versiones. “La policía ha actuado en estricto cumplimiento a la ley. No se usó ningún tipo de armas ni gas lacrimógeno”, afirmó.

A la fiesta acudieron otras mujeres como Mayhurit Salcedo Velásquez. Ella también falleció. Su mamá, Gregoria Velásquez, señaló que la joven de 26 años estaba en su casa con el menor de sus dos niños y que fue una amiga quien la invitó a la fiesta.

“Había mucha gente en la escalera, no podía respirar, caí y me pisaron. Pero logré reponerme. La encontré a ella, pero no se pudo hacer nada. Murió en mis brazos”, dijo Franco Ascencios Carrasco, pareja de Angie Inés Flores Isminio, de 22 años, madre de otro pequeño. “Salí por la misma puerta que fue arrancada por la policía”, agregó. Eso ocurrió a las 9:13 p.m.

Los cadáveres fueron trasladados a la morgue de Lima. Previamente fueron sometidos a pruebas moleculares. El drama de sus familiares fue conmovedor. Por la tarde, el Ministerio Público confirmó que 11 de las 13 víctimas mortales eran portadoras del coronavirus, por lo que las necropsias de ley se debían realizar hoy, como parte de las medidas de bioseguridad.

Asimismo, la institución informó que el fiscal provincial Carlos Díaz Casimiro, titular del Cuarto Despacho de la Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Los Olivos, se halla a cargo de las investigaciones.

Ocho minutos de horror

En solo 8 minutos todo se convirtió en un caos, una verdadera pesadilla. La mayoría de los asistentes se salvó porque se quedó en el salón de la discoteca que se encuentra en el segundo piso.

Uno de los testigos relató que los policías entraron muy rápido en acción y que muchos de quienes se habían salvado intentaron regresar al interior del local para rescatar víctimas.

“Solo se escuchaban gritos desgarradores. Llegamos a rescatar a algunas personas agarrándolas de los cabellos”, dijo.

Detienen a dueños

Según la Policía y la Municipalidad de Los Olivos, el local que se encuentra ubicado en la cuadra 2 de la Av. El Zinc, a la altura del paradero Tres Postes, está a nombre de la empresa textil Monditex S.R.L., cuyos propietarios son los esposos Leandro Montoya Callirgos y Irene Nélida Díaz Serrano, gerente y administradora, respectivamente. Lo curioso es que la compañía accedió al Reactiva Perú.

Ellos han sido intervenidos por la Policía Nacional para determinar si fueron los que organizaron la mortal fiesta.

El abogado de la pareja, Misael Lisarza, dijo que el empresario acudió de manera voluntarias para poner a disposición la documentación del local.

Explicó que la empresa Monditex S.R.L. era propietaria del local y que esta, a su vez, lo había arrendado a un tercero. “Mi patrocinado no tenía conocimiento de esta operación”, afirmó.

La fiesta; no obstante, fue amenizada por el grupo liderado por Juancho Peña, exvocalista de la orquesta de música ‘chicha’ Los Claveles.

Este artista podría ser pieza clave para determinar quiénes fueron los organizadores de este evento clandestino.

¿Quién es responsable?

La discoteca funcionaba en un lugar que hace un año fue clausurado por Daniel Urresti, entonces gerente de Seguridad Ciudadana de ese municipio.

El regidor de Los Olivos, Javier Sulca, dijo que el local tenía licencia otorgada en el 2016, durante la gestión anterior, pero que no había sido renovada. Sin embargo, el alcalde, Felipe Castillo, indicó que no tenía permiso y que “hay responsabilidades en todos los sectores”.

El burgomaestre no supo qué explicar cuando se le consultó sobre la denuncia de los vecinos que aseguran que desde hace tres semanas se realizaban fiestas y que el local no era fiscalizado. “Nadie nos ha comunicado nada”, respondió. No obstante, su declaración sorprende cuando por Facebook se anunciaban eventos allí.

Esta discoteca funciona en un ambiente de 150 metros cuadrados. Tiene una sola ventana enrejada. Su única puerta de acceso mide apenas 90 centímetros de ancho por dos metros de alto. Sobre el tema, el comandante general de la Policía señaló que en la zona “no había ninguna fiscalización municipal”.

La Comisión de Defensa y Orden Interno del Congreso citó para hoy al burgomaestre de Los Olivos; así como al ministro del Interior, Jorge Montoya. Lo mismo han decidido para ambos la Comisión de Fiscalización y la Contraloría, pero para mañana.

Piden máximo castigo

El presidente de la República, Martín Vizcarra, pidió desde Arequipa “el máximo castigo para los responsables”.

Conmocionado por la tragedia, agregó: “Tengo pena y tristeza por las víctimas, pero también cólera e indignación por quienes organizaron la fiesta que estaba prohibida. Son 13 vidas que se pudieron salvar”.

Vizcarra pidió una rigurosa investigación y una sanción ejemplar para los responsables.

“Lamentablemente, no es el único evento, hay muchos de este tipo que se realizan en Lima y a nivel nacional. Esto es inaceptable. Por favor, no sean irresponsables, no expongan la vida de las personas, esas vidas se han podido salvar si no tuviéramos este tipo de comportamiento, negligencias de empresarios que a sabiendas de que están prohibidos, lo hacen”, aseveró.

Por su parte, la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Rosario Sasieta, indicó que “estamos hablando de un homicidio doloso por afán de lucro”. También dijo que los dueños decidieron abrir sabiendo que hay una emergencia sanitaria y que no puede haber reuniones.

Esta tragedia disparó una polémica por las discotecas improvisadas que abundan en diversos sectores de Lima y provincias durante la pandemia.

Estos lugares se caracterizan por ser inseguros y funcionar sin la autorización reglamentaria.

El Thomas Restobar recibió muchas quejas en las últimas semanas porque sus fiestas terminaban en grandes escándalos.

Otras tragedias en fiestas

El dolor y la irresponsabilidad de esta tragedia trajeron a la memoria lo ocurrido en la discoteca Suárez, en diciembre de 1998, donde 9 jóvenes murieron y otros 10 resultaron heridos al estallar una bomba lacrimógena cuando celebraban la Nochebuena.

También recordó el incendio en la discoteca Utopía, en el centro comercial Jockey Plaza, el 20 de julio del 2002, que terminó con el saldo trágico de 29 fallecidos y 57 heridos. Ahora, el Thomas Restobar, como estas discotecas, estará marcado por la muerte. Que haya justicia.

El dato

Una estampida en la discoteca Thomas Restobar dejó 13 personas fallecidas, doce de ellas son mujeres. Los cuerpos fueron trasladados a la Morgue Central de Lima. Lamentable.

Reacciones

Martín Vizcarra. Presidente de la República

“Tengo pena y tristeza por las 13 víctimas y sus familiares, pero también tengo cólera e indignación por los responsables de organizar estos eventos prohibidos. No puede ser que, pese al llamado a la conciencia cívica, haya empresarios tan negligentes”.

Felipe Castillo. Alcalde de Los Olivos en RPP

“No he tenido conocimiento (de las fiestas en la discoteca, pese a que los eventos se anuncian por Facebook). Recién por los medios, que me llamaron a las 4 a.m., es que me he enterado del asunto. Me acosté temprano por razones de salud”.

Madre de una víctima

“Me enteré que murió asfixiada mi hija. Desde hoy en adelante no hagan fiestas de este tipo, y espero que den con todos los responsables. Exijo justicia y pido ayuda, porque ahora debo ver a mis dos nietos que se han quedado sin su mamá”.Gregoria Velásquez

fallecidos discoteca los olivos

Enfoques

Romy Chang. Abogada penalista

Responsables responderían por el delito de homicidio

Hay dos niveles de responsabilidad en este caso. La primera, y más evidente, es la de los administradores o dueños de la discoteca. Ellos responderían por homicidio y por lesiones graves. Pero hay un debate: algunos podrían decir que la responsabilidad es por homicidio doloso (a propósito) y otros que fue porque ellos confiaron que nada malo iba a pasar, no cumplieron las medidas de seguridad y lamentablemente se desencadenó el accidente, lo cual sería un homicidio culposo. La diferencia es radical, pues en el primer caso la pena máxima es de 20 años y en el segundo es solo de 6 años.

Por otro lado, habría que identificar si el local tiene licencia municipal para operar como discoteca. Si es así, habría que ver quién se la concedió (y cómo lo hizo) a un local que no cumple con medidas de seguridad. Si no ha verificado los niveles de peligro, también podría responder por el mismo delito, pero por una figura llamada comisión por omisión.

Aldo Pecho. Investigador de IDL

Esta tragedia nos retrata como sociedad

Hay varios niveles de responsabilidad. El primero es el individual, porque tomamos decisiones e infringimos la norma a conciencia. Pero dentro de esas acciones, no esperamos que ocurran tragedias como esta, porque se supone que las autoridades nos garantizan seguridad. Entonces, la responsabilidad pasa a un siguiente nivel, que es el institucional, por parte de quienes deben fiscalizar esto, que es el municipio de Los Olivos, y del empresario, quien no debe realizar reuniones masivas y menos sin un local adecuado.

El tercer nivel es el operativo. Una intervención exitosa de la Policía no deja 13 muertos.

Esto nos retrata como sociedad. Hay un problema estructural, también de voluntad política y de decisiones personales. Las leyes no se cumplen, no les tenemos confianza a las instituciones. Y puede que, además, haya un problema a nivel de clase: si ocurría en otro espacio, quizá las reacciones hubiesen sido diferentes.

Estampida en la discoteca infografía