La cuarentena a causa del coronavirus afectó sobre todo a la población de menos recursos económicos, aquellos a los que los programas de voluntariado, en circunstancias normales, busca ayudar en distintas áreas: educación, bienestar emocional y alimentación.
Si bien es cierto, con la pandemia, la labor de los voluntarios se hizo más urgente, ellos no podían salir de sus casas sin miedo a exponerse a un posible contagio. Por eso, han tenido que reinventarse y buscar nuevas modos de seguir apoyando a los que más los necesitan.
Una de las poblaciones vulnerables frente al COVID-19, son los adultos mayores y las personas con discapacidad. Por ello, el Proyecto Especial Bicentenario convocó a los ciudadanos a unirse a un voluntariado que buscaba brindar apoyo emocional y en materia de salud mediante llamadas telefónicas.
El programa, que lleva por nombre Red de Soporte a la Persona Adulta Mayor con Alto Riesgo y la Persona con Discapacidad Severa, desde un inicio representó un reto para los jóvenes y adultos que se sumaron.
Los voluntarios tenían que realizar decenas de llamadas al día y llevar un historial de cada persona. Los resultados, luego de cada llamada, se digitaban en una plataforma virtual y también se informaba al líder del grupo. La psicóloga clínica Gina Bardelli, voluntaria de este proyecto, contó su experiencia a La República.
“Nos asignaban 50 personas a cada voluntario, en un primer momento había que llamarlos a todos en un día; pero luego, dependiendo de la gravedad, podía ir llamándolos cada dos días, ir haciéndoles monitoreo. Yo tenía un excel, donde iba poniendo las llamadas, si los contactaba o no, porque a veces llamaba dos o tres veces y no me contestaban”, detalla.
Las personas que formaron parte de este programa también tenían que escuchar duras historias de vida y tratar de calmar las preocupaciones de los adultos mayores.
“Recuerdo a una señora que vivía en provincia sola, en un segundo piso. A través de la ventana, ella bajaba una pita con una canastita y adentro el sencillo, para comprar a algunas señoras que vendían frutas en la parte de abajo de su casa. Era una señora de 85 años, tenía artrosis y vivía sola, había perdido al esposo y al hijo. Ella recibía con mucho interés las llamadas, porque era también su compañía”, cuenta Bardelli.
Capacitación para la Red de Soporte a la Persona Adulta Mayor con Alto Riesgo y la Persona con Discapacidad Severa. Foto: Midis
Antes de la pandemia, los voluntarios de Refuerza tu cole iban a asesorar académicamente a los niños de sexto de primaria de los colegios públicos. Ahora las clases tienen que impartirse a través de una modalidad virtual.
“Nuestros voluntarios se conectan con los niños, previos trabajos con los padres y las autoridades de los colegios, y dan reforzamiento matemático para los escolares de sexto de primaria. Estamos trabajando con 7 colegios, con 150 niños y 68 voluntarios en colegios públicos de Cercado de Lima, Santa Anita y San Borja”, explica Antonio Herrera, coordinador del voluntariado de la Municipalidad de Lima.
Una de las dificultades con esta modalidad ha sido la conectividad, pues en la horas pico muchas personas utilizan Internet y la red se vuelve más lenta.
“Las clases se caían, pues en un primer momento eran en vivo. Luego dijimos por qué no grabamos las clases, las subimos y así nos evitamos que se esté cayendo la ponencia, lo solucionamos cambiando el formato”, agrega Herrera.
Refuerza tu cole. Foto: Andina
PUEDES VER “Apurímac Respira”: Hacen gran campaña para instalar planta de oxígeno en la región [VIDEOS]
Además, enseñar detrás de una pantalla plantea nuevos retos para los voluntarios, ya que es más difícil captar el interés de los niños y que puedan comprender las materias.
“Cuando ellos están el hogar y a la vez están conectados a la computadora es bien difícil captar su atención, pero se pudo lograr mediante dinámicas con los niños. También, se individualizó a cada voluntario con un niño y de esa manera se puedo trabajar mejor; antes trabajamos de manera colectiva en un aula con los niños”, detalla Irene Tejada, voluntaria de Refuerza tu cole.
Esta iniciativa reunía a cocineros voluntarios, quienes preparaban los alimentos que podían rescatar de los grandes mercados para luego distribuir la comida en distintos distritos de Lima.
La llegada de la COVID-19 hizo que se prescindiera de gran cantidad de colaboradores para evitar exponerlos y se implementara talleres virtuales: “Tenemos voluntarios que dan talleres nutricionales por internet, a través de Google Meet”, señala Antonio Herrera.
Además, se reforzó el trabajo entre la Municipalidad de Lima y las ollas comunales: “Estas son organizaciones de las mismas asociaciones de vecinos que no cuentan con los recursos para solventar su alimentación. Nosotros los ayudamos con alimentos y a darles el empujón para que tengan contacto con proveedores, ya sea por donaciones o recolecciones, y puedan gestionar sus productos”, cuenta Daniel Benites, voluntario de Manos a la Olla.
gfg
No obstante, en un primer momento fue difícil comenzar a trabajar con ellos, pues se necesitaba implementar un protocolo para evitar el contagio por coronavirus.
“Creo que se pudo poner un poco más de rapidez para poder habilitar algunos protocolos. El tiempo fue algo crítico, pues veías gente que tenía hambre y uno tenía todas las herramientas y alimentos, pero no podías dárselos, porque había que pasar un filtro”, confiesa Benites.
,