Un total de 12 enfermeras y 14 técnicos en enfermería fueron presentados como el nuevo personal que atenderá a pacientes con algún grado de insuficiencia respiratoria a causa del nuevo coronavirus en el hospital San Isidro Labrador de EsSalud.
El Gerente de la Red Prestacional Almenara, Dr. Jorge Amoroz, les dio la bienvenida y destacó su compromiso con la sociedad y su profesión en el contexto de la emergencia sanitaria.
"No hay mayor satisfacción para el personal médico y asistencial que salvar vidas. Me satisface escuchar que pelearán hasta lograr la recuperación total de sus pacientes. Por nuestra parte, como gestores, nos corresponde darles las herramientas para que realicen su trabajo en las mejores condiciones. Esperamos que en las próximas semanas se sigan sumando más profesionales de la salud”, sostuvo.
Amoroz y el nuevo personal se reunieron en el patio del establecimiento de salud ubicado en Ate y algunos se animaron a contar lo que sentían al ser parte del equipo de primera línea que hará frente a la pandemia del nuevo coronavirus.
Una de ellas fue la técnica en enfermería Raquel Cerdán Aguilar (43), que venía laborando en una clínica privada, pero decidió prestar sus servicios a los pacientes con COVID-19.
Contó que su esposo le pidió no realizar esta labor, pero prevaleció su vocación. “Esta es la profesión que escogí. A mis 3 hijos les digo luchen por lo quieren y lo que les guste hacer”, dijo con la voz entrecortada y en medio de lágrimas.
Por su parte, Cindy Orozco Ramírez (30), enfermera de EsSalud, mostró su optimismo por el nuevo reto que le toca asumir.
“Detrás de mi profesión está la voluntad y el deseo de tratar con todo tipo de pacientes. Yo no tengo mucho miedo. Los riesgos en esta profesión siempre han existido, pero es interesante porque detrás de cada situación hay algo nuevo que aprender”, sostuvo.
Dentro de este grupo también se encuentra un enfermero venezolano, José Antonio Quijada Millán(24), quien aseguró que no dudó en acudir al llamado del presidente Martín Vizcarra para sumar esfuerzos contra la COVID-19.
“Agradezco el llamado al personal extranjero. Se trata de una pandemia mundial que nos afecta a todos sin distinción, por ello debemos mantenernos unidos para salir juntos de esta“, afirmó.
El anexo del hospital San Isidro Labrador de Ate, construido en siete días en un área de 1600 metros cuadrados, tiene una capacidad para 300 camas de atención a pacientes moderados que presentan insuficiencia respiratoria por COVID-19.
Además, cuenta con 24 camas de vigilancia intensiva, cada una de ellas con ventilación mecánica, importante para cualquier descompensación que pueda tener el paciente durante su estadía.