El ministro del Interior, Carlos Morán, reconoció que el crimen múltiple, ocurrido en una vivienda de El Agustino, fue un hecho “que pudo evitarse”, por lo que dijo entender la indignación de los vecinos que continúan reclamando por la indiferencia mostrada por la Policía.
En diálogo con un canal de televisión, el funcionario dijo sentirse dolido por la actuación de los efectivos de la comisaría de San Cayetano, que tardaron hasta 40 minutos en acudir a los llamados desesperados de los vecinos de la joven madre asesinada por su conviviente, Juan Huaripata Rosales, junto con tres de sus cuatro hijos.
Morán también señaló estar convencido de que fue una “respuesta tardía” la que prestaron los efectivos que llegaron a la vivienda ubicada a solo una cuadra de la comisaría. Por ello, como medida inicial, dispuso el relevo de todos los efectivos que prestan servicio en la comisaría de San Cayetano y, como medida adicional, la procuraduría del Ministerio del Interior denunció a los oficiales y el personal subalterno responsables de semejante acto de omisión.
Los efectivos denunciados son el comandante PNP Marco Núñez Ortiz, el mayor PNP Jorge Martín Carrillo Vega, el alférez PNP José Antonio Rodríguez Manrique y los suboficiales PNP Miguel Martínez Cuadrado, Jhon Cantansaya Huamán y William Jiménez Chumacero.
“El procurador no solo los está denunciando, sino que ha pedido a la Fiscalía la detención del personal que no cumplió su función. Lo mismo hará ante el fuero militar policial por los delitos de omisión de funciones”, señaló el titular del sector.
Como se recuerda, la madrugada del domingo 22, Juan Huaripata asesinó a puñaladas a Jéssica Tejeda, de profesión educadora, en su vivienda. Luego atacó a los dos hijos mayores de ella, incendió el lugar y cerró la puerta con llave. Al intentar huir fue capturado por los vecinos, pues la policía llegó tarde.
Producto de ello, también murieron dos de los hijos de Jéssica Tejeda, uno de 15 años y el otro de días de nacido. Ayer por la mañana se dio a conocer que la pequeña de dos años tampoco resistió al cuadro de asfixia provocado por el humo. Solo el menor de nueve años aún lucha por su vida en el Hospital Nacional Hipólito Unanue.
Los vecinos que habían escuchado los gritos de la mujer y luego vieron el fuego que inició Huaripata en la vivienda llamaron a la Central 105 y a la comisaría de San Cayetano, pero no recibieron respuesta.
Sentada en una silla blanca, frente al ataúd de su hija y de sus tres nietos, encontramos a Agustina Huayanay (59), madre de Jéssica Tejeda. “¿Por qué Dios se los llevó de esta manera?”, se repetía entre llantos. “Dios no te ha quitado nada, fue ese hombre (Juan Huaripata)”, le contestaba el sacerdote que llegó a pedir por las almas de las víctimas que fueron veladas ayer en la vivienda de Agustina, a solo unas cuadras de donde ocurrió el feminicidio.
"Ella siempre venía a visitarme. Hoy íbamos a viajar a Huancayo para pasar Navidad", cuenta la mujer que sufre de leucemia y que pide que las autoridades le brinden el apoyo necesario a su nieto sobreviviente, pues se encuentra desfigurado por los cortes que le propició su padrastro.
Fue precisamente este pequeño quien logró escapar de la vivienda la madrugada del domingo y tocó la puerta de Rebeca, la vecina con quien compartía el piso del edificio, para intentar salvar a su familia. “Ayúdenme”, le dijo el niño ensangrentado a la mujer. Durante varios minutos, ella ya había intentado ayudar, pues llamó a la Policía apenas escuchó los primeros pedidos de auxilio, pero nunca obtuvo respuesta.
“Era alrededor de las 3.45 a.m. cuando escuché golpes, y Jéssica decía ‘no lo hagas, te voy a explicar’. Llamé a la Policía, les hice escuchar los gritos, pero no llegaron. Intenté dormir, pero los ruidos comenzaron de nuevo, entonces mandé a mi hijo, en plena madrugada, a la comisaría”, relató la vecina.
Con evidente desconsuelo, Emilio Tejeda, hermano de Jéssica, cuenta que fue hace una semana la última vez que la vio. "Era alegre, cariñosa, sobre todo protectora con sus hijos. Aquel día me mostraba los patines que le había comprado a sus hijos para esta Navidad. Luchó hasta el final por ellos", dice y se le quiebra la voz. "Quiero condena de muerte, que le hagan lo mismo que le hizo a mi familia".
Mientras, Agustina, quien ya se prepara para iniciar el recorrido hacia el cementerio, dice que los hijos de Jéssica no eran sus nietos, “eran mis hijos. Al mayor yo lo he criado porque mi hija iba a trabajar, él me decía ‘mamá’”. Y agrega que jamás imaginó que Juan, ese hombre “tranquilo, amable y bromista”, sería capaz de asesinar a sus seres más queridos.
El ministro del Interior también anunció que su despacho está trabajando en una iniciativa que busca agilizar los procesos para sacar de las filas de la Policía a los malos elementos. “Como estos que no actuaron oportunamente, hay otros que no deben estar en la institución”.
Detalló incluso que se está pensando en un sistema de puntos para evaluar a los efectivos de la institución, “de manera que por cada demérito o falla se les reduzca puntos” hasta llegar a una situación en que no puedan seguir en la Policía.