El Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia confirma la inhabilitación de Evo Morales para postularse a la presidencia, ampliando la restricción a otros cargos legislativos. La decisión se produce en un contexto de crisis política y social en el país.
La situación de Evo Morales se complica tras la suspensión de su huelga de hambre, mientras el país enfrenta una crisis económica y escasez de combustibles. La sentencia del TCP refuerza la imposibilidad de que el exmandatario regrese al poder, tras haber gobernado casi 14 años. La decisión del Tribunal se da en medio de un clima de tensión política, donde el actual presidente, Luis Arce, no ha podido disfrutar de su gestión debido a la agitación social y la falta de diálogo con los sectores afines a Morales.
El Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de Bolivia ha emitido una sentencia que ratifica la inhabilitación de Evo Morales para postularse a la presidencia. Esta decisión no solo confirma un fallo anterior, sino que también amplía la restricción a la posibilidad de ser vicepresidente o presidente de las Cámaras legislativas. El argumento central de la sentencia es que la Constitución busca evitar que una autoridad electa permanezca más de 10 años en el Poder Ejecutivo, un límite que Morales ha sobrepasado con creces.
La situación política en Bolivia se encuentra en un estado de convulsión. Morales, quien ha intensificado su lucha por el liderazgo de la izquierda, acaba de suspender una huelga de hambre y los bloqueos de caminos que sus seguidores habían mantenido durante semanas. Sin embargo, el Gobierno no ha accedido a dialogar con él ni ha concedido las demandas de su movimiento, lo que ha llevado a un aumento de la tensión social.
La crisis económica también ha impactado en la vida diaria de los bolivianos, con una escasez de combustibles que ha generado largas colas en las estaciones de servicio. La falta de dólares para importar combustibles ha sido identificada como una de las causas de esta crisis, lo que ha llevado a una devaluación significativa de la moneda y a un aumento en la inflación.
Hasta el momento, Evo Morales no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre la sentencia del TCP. Por su parte, el presidente Luis Arce ha enfrentado críticas y protestas, lo que ha dificultado su capacidad para presentar su informe de gestión en el Parlamento. La situación se complica aún más con la reciente violencia en la Asamblea Legislativa, donde los seguidores de Morales expresaron su descontento de manera tumultuosa.
La falta de diálogo entre el Gobierno y los sectores afines a Morales ha llevado a un clima de incertidumbre, donde se anticipan más paros y protestas en los próximos días. La crisis económica, sumada a la inestabilidad política, plantea un panorama complicado para el futuro de Bolivia.