La Ilha da Queimada Grande, situada a 35 kilómetros de la costa de São Paulo, Brasil, es una isla remota conocida como la 'Isla de las Cobras'. Este lugar alberga una de las densidades más altas de serpientes venenosas en el mundo, especialmente de la peligrosa especie Bothrops insularis, o víbora dorada. Debido al riesgo que representan estas serpientes, la isla permanece deshabitada y su acceso está rigurosamente controlado, permitiéndose solo a investigadores con permisos científicos. La entrada está prohibida para turistas y otros visitantes.
El Instituto Butantan, un reconocido centro de investigación en Brasil especializado en especies venenosas, estima que la población de serpientes en Ilha da Queimada Grande alcanza las 15,000. Este aislamiento ha convertido a la isla en una reserva de biodiversidad única, accesible solo para investigadores con autorización, quienes deben cumplir con estrictas regulaciones y obtener permisos de la Marina brasileña.
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La Isla de las Cobras, oficialmente conocida como Ilha da Queimada Grande, se encuentra en el océano Atlántico, al sureste de Brasil y a 35 kilómetros de las costas de São Paulo, específicamente entre los municipios de Itanhaém y Peruíbe. Rodeada de la exuberante Mata Atlántica, este espacio natural carece de playas, lo que contribuye a su aislamiento y difícil acceso. National Geographic destaca que es una Unidad de Conservación Federal desde 1985, una categoría que protege su frágil ecosistema y biodiversidad.
Ubicada a 35 kilómetros de la costa de São Paulo, Brasil, esta isla se encuentra rodeada por la Mata Atlántica. Foto Ministerio Ambiente Brasil
Considerada uno de los lugares más peligrosos del mundo, la isla es famosa no solo por la gran cantidad de serpientes, sino también por albergar a la Bothrops insularis, especie endémica de este lugar y cuyo veneno es especialmente potente. La isla también cuenta con la presencia de otra especie, Dipsas mikanii, aunque menos peligrosa. La restricción de acceso responde a un esfuerzo por conservar el delicado equilibrio de este ecosistema y proteger a los investigadores que llegan allí.
La cifra estimada de serpientes en la Isla de las Cobras asciende a 15,000 ejemplares, de los cuales una gran mayoría pertenece a la especie Bothrops insularis. Conocida por ser altamente venenosa, esta serpiente ha evolucionado de forma particular en la isla debido a su aislamiento, lo que ha generado una densidad poblacional sin precedentes.
En cuanto a concentración de serpientes de una misma especie, Ilha da Queimada Grande es superada solo por la isla de Shedao, en China, que alberga 20,000 ejemplares de su especie nativa.
La Bothrops insularis es particularmente peligrosa debido a su veneno potente que puede causar dolor severo, inflamación, hemorragias en las mucosas e insuficiencia renal en casos graves. La isla no tiene playas accesibles y está rodeada por la densa vegetación de la Mata Atlántica, lo que hace aún más difícil su acceso
La serpiente Bothrops insularis, ha llevado a prohibir el acceso a turistas y visitantes no autorizados para proteger la biodiversidad y a las personas. Foto: Getty Images
La isla tiene una prohibición estricta de acceso para turistas para proteger tanto a las serpientes como a los visitantes potenciales, permitiéndose solo la entrada a investigadores con permisos especiales. Este aislamiento ha hecho de la isla un laboratorio natural importante para el estudio de la ecología y evolución de las serpientes.
El Instituto Butantan y la Universidad de São Paulo han realizado estudios sobre esta especie, documentando el peligro de su veneno, que puede causar dolor, inflamación, hemorragias en mucosas e, incluso, insuficiencia renal en casos graves. A diferencia de otros ecosistemas de serpientes, esta isla se ha convertido en un laboratorio natural para la ecología y evolución, donde las serpientes venenosas dominan el terreno.