La casa Dior rindió homenaje este martes en la capital francesa a las atletas que protagonizaron los Juegos Olímpicos de París con una colección entre modernidad tecnológica y clasicismo de las líneas, en tonos negros, blancos y beige.
Maria Grazia Chiuri, directora la línea femenina de Dior, se inspiró en un vestido Amazona que Christian Dior imaginó en 1951 para su desfile en la Semana de la Moda femenina (colección primavera-verano 2025).
Siguiendo la pauta de esas mujeres aguerridas, la colección deja hombros al aire, muestra vestidos asimétricos, ceñidos a la cintura si es necesario. Botas de caña alta, faldas cortas cortadas en tiras de cuero, correajes.
El estilo deportivo más relajado se refleja en trajes de baño, chaquetas bomber de motociclista y pantalones tipo paracaídas, con cremalleras dispuestas de manera muy elaborada.
Chiuri busca "resumir el sentido de la prenda, como si cada modelo pudiera hablar y revelar el trabajo que precede a la construcción de cada pieza", aseguró la casa en un comunicado divulgado junto a la colección.
La colección juega con el contraste entre el blanco y el negro: el logo "Miss Dior", cada vez más omnipresente en las creaciones de la marca, se presenta exageradamente central, estirado al extremo, casi formando una serie de líneas.
Algunos vestidos de noche, con un espíritu más lujoso, aparecen en tul o con bordados de perlas en tonos piel, como un velo "nude" también inspirado en la figura de la Amazona, una tribu de mujeres con un funcionamiento matriarcal.
Un elemento destacable de la próxima temporada es la desaparición del tacón.
La alusión a los exitosos Juegos Olímpicos de París era una vigorosa tentación para Dior después de que el poderoso grupo al que pertenece, LVMH, el mayor emporio del lujo mundial, se llevara la medalla al predominio durante la cita olímpica.
En la ceremonia de inauguración de los juegos, la estrella Céline Dion causó sensación con su regreso a los escenarios en París luciendo un ceñido vestido perlado de color beige y más de 500 m2 de flecos bordados directamente sobre su cuerpo.
Por su parte, la cantante Aya Nakamura lució un mini vestido dorado, muy "Dior J'adore".
Para prolongar ese éxito de marca, la directora artística de Dior invitó al desfile a la artista italiana SAGG Napoli, que utiliza el tiro con arco en su trabajo.
La actuación, un disparo de flecha a lo largo de la pasarela de 150 metros, marcó el ritmo del desfile.
Entre los invitados, se encontraban la cantante española Rosalía, la actriz británica Rosamund Pike, la israelo-estadounidense Natalie Portman, la coreana Jisoo, yudokas, como la campeona francesa Clarisse Agbegnenou; patinadoras de skateboard...
Al otro lado de la ciudad, la belga Marie Adam-Leenaerdt propuso una idea mucho más relajada: hacer desfilar a las modelos en una 'brasserie' típicamente parisina, frente a la Estación del Norte, desde donde parten a diario los trenes París-Bruselas.
Su mujer es sofisticada, lleva trajes de chaqueta abombados con una especie de armadura, al estilo corsé.
El nailon que se utiliza para las medias se puede declinar como un jerséi que cubre ajustadamente el cuerpo de la modelo.
Hay faldas tubo anudadas a la cintura, una blusa-capa que deja lucir un enorme escote en la espalda, y un vestido de gala sobredimensionado, anudado al cuerpo con tres enormes cinturones a la altura de las rodillas, la cintura y el cuello.
En la noche, la marca Saint Laurent dió una lección de cómo recrear el pasado, con un desfile enfocado en los años 1980.
Grandes figuras desgarbadas, con aire perdido detrás de las icónicas gafas cuadradas, el cuerpo envuelto con un estilo impecable.
Una apariencia en la que "la sofisticación debe coexistir con el instinto", explicó el diseñador Anthony Vaccarello en su nota.