Cientos de aldeanos birmanos huyeron el viernes nadando o con el agua hasta el cuello de las inundaciones provocadas por el tifón Yagi, que también sembró destrucción en Vietnam, Laos y Tailandia.
El último balance regional es de 300 muertos, 233 de ellos en Vietnam, y de centenas de desaparecidos que pueden incrementar considerablemente el cómputo final.
En Birmania, las inundaciones mataron a por lo menos 33 personas y provocaron el desplazamiento de unas 235.000, indicó el viernes la junta en el poder, añadiendo que las comunicaciones con muchas regiones quedaron cortadas.
La catástrofe natural se ve agravada por la miseria del país, sumido en una grave crisis humanitaria, de seguridad y política desde el golpe de Estado de febrero de 2021 que derrocó al gobierno electo de Aung San Suu Kyi.
Las autoridades investigan informes no confirmados sobre decenas de trabajadores migrantes desaparecidos tras deslizamientos de tierra en una zona minera de oro en la región de Mandalay (centro), según el portavoz de la junta, Zaw Min Tun.
Un habitante de Sin Thay, cerca de Naypyidaw, la capital de Birmania, contó a AFP que pasó la noche en un árbol con sus dos hijos para protegerse de las crecidas.
El agua llegó al pueblo durante la noche y "no tuvimos tiempo de escapar", detalló.
Algunos habitantes cargron sus bienes en botes que arrastraban detrás de ellos.
Soldados rescataron a aldeanos que residen en medio de la red de ríos y arroyos que rodean la capital. Algunos se vieron obligados a avanzar por aguas cenagosas, que sumergieron casas y plantaciones de plátanos y caña de azúcar.
"Es la primera vez que veo inundaciones así", comentó un hombre cerca de la localidad. "No tuvimos tiempo de prepararnos, es una experiencia aterradora", añadió.
Medios oficiales indicaron que las inundaciones en la región y alrededor de la capital provocaron deslizamientos de tierra y destruyeron instalaciones eléctricas, edificios, carreteras, puentes y casas.
En la región de Mandalay los aldeanos utilizaron un elefante para llegar a tierras a salvo de las inundaciones.
En Hanói, la capital de Vietnam, los residentes limpiaban con palas, cepillos y mangueras los escombros y el barro tras la bajada de las aguas que habían inundado algunas partes de la ciudad, donde el sol se vio por primera vez en días.
El río Rojo, que surca Hanói, alcanzó esta semana su nivel más alto en 20 años, cuando la lluvia causada por el tifón Yagi se dirigía hacia el mar.
"Es la inundación más importante que haya visto, el agua subió más de un metro", dijo a AFP Nguyen Lan Huong, de 40 años.
"El agua comenzó a bajar ayer por la tarde. Comenzamos a limpiar poco a poco, pero llevará días, e incluso semanas, para que nuestra familia se recupere completamente", estimó.
En total 130.000 personas fueron evacuadas en el norte de Vietnam desde el paso de Yagi el sábado. Muchas aún no pudieron regresar a sus hogares y más de 135.000 casas están dañadas, según las autoridades.
El incidente más mortal ocurrió cuando un deslizamiento de tierra destruyó un pueblo en la provincia montañosa de Lao Cai, matando a 48 personas.
Ocho personas que estaban desaparecidas tras un deslizamiento de tierra regresaron sanas y salvas.
El norte de Tailandia también fue gravemente afectado, con las peores inundaciones en 80 años en un distrito fronterizo con Birmania.
Las autoridades informaron el viernes que un deslizamiento de tierra en la provincia tailandesa de Chiang Rai causó 10 muertes.