Cansada de los tatuajes que tenía en todo su rostro, Alyssa Zebrasky, de 31 años, se sometió durante más de 3 años a la eliminación con láser para deshacerse de ellos por completo tras culminar una relación tóxica. Totalmente renovada, la mujer mostró su radical transformación.
Hace 5 años, la joven estadounidense se hizo un tatuaje en su cara con una imagen alusiva al Día de Muertos, mientras estaba en pareja. “Un día estaba teniendo una conversación con mi exnovio y me dijo ‘deberías tatuarte la cara’”. Pese a que ella se negó en un principio, al final terminó aceptando. Ahora que ya no están juntos, Alyssa cree que fue para que nadie más la deseara.
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“Él escogió el diseño del tatuaje. Era una calavera de azúcar del Día de los Muertos, era toda mi cara. Él estaba cubierto desde la parte superior de la cabeza hasta los pies. Supongo que quería que coincidiéramos”, contó la mujer.
Alyssa Zebrasky se tatuó una calavera de azúcar del Día de los Muertos. Foto: Clarín
Alyssa recuerda que la relación tóxica que mantenía con su exnovio la llevó a la cárcel unas 3 veces en 6 meses, lo que resultó en que su inusual foto policial se volviera viral. Al pasar por rehabilitación de drogas, la joven decidió darle un nuevo rumbo a su vida.
“Mirando hacia atrás, en esas fotos, me siento decepcionada de mí misma”, asegura. Además, reconoce que nunca había trabajado el tema de amarse a sí misma, respetarse, como sí lo practica actualmente con su nueva pareja, con quien tiene una “relación verdaderamente saludable”.
Cuando comenzó el proceso de eliminación en octubre de 2019, le dijeron que necesitaría 12 sesiones. “Primero me hicieron las mejillas, la frente y las manos porque, como un tatuaje, tu cuerpo solo puede curar una parte a la vez”, sostiene Alyssa.
Actualmente, todo lo de las mejillas se ha borrado, pero recién están comenzando con la parte de la boca. “Las mejillas eran bastante indoloras, pero me operé la nariz una vez y dolió bastante”, destaca.
Alyssa Zebrasky muestra orgullosa su nuevo aspecto. Foto: Clarín
"Cada sesión es de 20 minutos, mucho más rápida que un tatuaje en sí. El dolor inicial del láser lo relacionaría con tener una banda elástica rompiéndose contra la piel. Así es cómo se siente y luego duele durante 30 minutos", comenta acerca del proceso.
“Después hay un poco de dolor casi como si derramaras aceite de quemar en tu mano, eso es lo más cercano con lo que lo puedo comparar", añade.