Informe (*)
Revisando el reporte del diario El País de España sobre el proceder de Elon Musk, el multimillonario dueño de Twitter, acerca de quién sí y quién no debe tener activa su cuenta en esta red social, uno puede imaginarse al magnate como la nueva versión de Poncio Pilatos: suspende las cuentas de la red social de por lo menos diez periodistas, recibe la presión hasta de la ONU, somete a consideración de los usuarios su decisión y luego restituye el servicio. ¿Lavada de manos? ¿Democracia global? ¿Juego del poder informativo y de opinión?
Ayer, Luis Pablo Beauregard en su crónica de los hechos escribía: “‘La gente ha hablado’, ha afirmado Musk esta noche tras el cierre de la encuesta, que estuvo activa durante 24 horas. ‘Será levantado el castigo a las cuentas que compartieron mi ubicación’, añadió el empresario. Pulgar arriba o pulgar abajo. Elon Musk sometió a una decisión parecida el futuro en Twitter de una decena de periodistas”.
En realidad, no se trata de un hecho anecdótico, hay una preocupación mundial. Las suspensiones habían sido criticadas por varios Gobiernos y organizaciones internacionales como un posible ataque a la libertad de prensa. La suspensión ha sido superada, pero el antecedente queda.
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Musk, autoproclamado en un momento defensor de la libertad de expresión, ha justificado las suspensiones asegurando que los periodistas violaron unas nuevas normas de uso anunciadas por Twitter esta misma semana y en las que la red social prohíbe compartir en tiempo real la ubicación de alguien.
El jueves por la noche, el dueño de la red social anunció el cierre de las cuentas de los reporteros tras acusarlos de compartir detalles sobre sus movimientos y de poner en peligro a su familia. Varios de los periodistas que fueron suspendidos, y que hoy han vuelto a la plataforma, se defendieron asegurando que no compartieron en tiempo real la ubicación del avión privado de Musk.
En un foro en vivo organizado el viernes en Twitter, Musk no aportó pruebas de sus denuncias y afirmó a algunos de los periodistas afectados que no iban a recibir ningún trato especial por el hecho de ser reporteros. “Todo el mundo va a ser tratado de la misma manera (...) Ustedes no son especiales porque sean periodistas”, afirmó.
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Luego, este sábado, la decisión de levantar las suspensiones a reconocidos periodistas de medios como CNN, The Washington Post y The New York Times también fue anunciada por el propio Musk tras consultar a sus seguidores en una encuesta, en la que les preguntó si usuarios que habían compartido su ubicación en tiempo real debían poder volver a contar con sus cuentas inmediatamente o en siete días.
“El pueblo ha hablado. Las cuentas que publicaron mi ubicación verán su suspensión levantada ahora”, dijo el empresario en un tuit después de que casi un 59% de los más de 3 millones de votos que se registraron en la consulta se inclinó por esa opción. Sin embargo, algunas seguían bloqueadas, incluida la del conocido comentarista político Keith Olbermann y la de Linette Lopez, una periodista del medio Business Insider que ha investigado a fondo al propio Musk.
Desde hace poco más de un mes, el inversor Musk, también arquitecto en Tesla, jefe de Space X, cofundador de Neuralink y OpenAI, se ha convertido en el centro de la controversia tras hacerse del control de Twitter: despidió a miles de empleados y estudia alternativas de servicio y acceso en la red social.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se refirió ayer a la decisión de Elon Musk. “Es una buena noticia que los periodistas sean readmitidos en Twitter, pero persisten serias preocupaciones”, dijo Volker Turk en la plataforma, urgiendo al dueño de Twitter a “comprometerse a tomar decisiones basadas en políticas accesibles de forma pública que respeten los derechos, incluyendo la libertad de expresión”.
El magnate también provocó indignación y advertencias de la Unión Europea. En ese sentido, el ministerio de Exteriores de Alemania declaró este viernes estar preocupado por “la libertad de prensa”.
Stephane Dujarric, portavoz Secret. Gral. ONU
“Estamos profundamente preocupados... Las voces de los medios no deben ser silenciadas en una plataforma que profesa ser un espacio de libertad, la decisión crea un precedente peligroso”.
Jean-Noël Barrot, ministro Transición Digital-Francia
“Estoy afligido por la deriva en la que Elon Musk (inversor y multimillonario dueño de la red social) está precipitando a Twitter. La libertad de prensa está en la base misma de la democracia”.
(*) El País, AFP y EFE.