El exmandatario de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva se mantiene como el favorito para llegar al máximo cargo de Brasil con una intención de voto del 45%, frente al 33% del actual presidente, el líder ultraderechista Jair Bolsonaro, según un sondeo divulgado este fin de semana. A menos de 3 semanas de las elecciones del 2 de octubre, Lula le lleva 12 puntos de ventaja al jefe de Estado, cuya intención de voto cayó del 34% registrado el pasado 9 de setiembre al 33% actual.
De acuerdo con los datos divulgados por la firma Datafolha, detrás de Lula y Bolsonaro se ubica el laborista Ciro Gomes, el tercer candidato más votado en 2018 y cuya intención de voto subió del 7% al 8% en la última semana.
La senadora Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), el más tradicional partido de la centroderecha en el país, se mantuvo en la cuarta posición con el 5% de las intenciones de voto.
Los resultados del sondeo, considerado el más confiable del país, apuntaron que para una eventual segunda vuelta, el exsindicalista que gobernó Brasil entre 2003 y 2010 contaría con el 54% de las intenciones de voto, un punto por encima del anterior sondeo, frente al 38% que mantuvo Bolsonaro.
Los datos también señalan que Lula tiene una intención de voto superior a la de los demás candidatos juntos, lo que le daría más de la mitad de los votos válidos. Es decir que, de confirmarse las estadísticas, puede ser elegido en la primera vuelta y sin necesidad del balotaje.
Este sábado el expresidente Lula regresó en campaña a Curitiba, donde pasó 20 meses detenido acusado de corrupción. Fue liberado en 2019 después de que los casos en su contra fueran anulados o archivados.
El candidato izquierdista dio allí un mitin con la vista puesta en las elecciones del 2 de octubre, en las que es favorito. Su discurso está focalizado en nichos de electores, como los repartidores y conductores de plataformas digitales a quienes ha prometido un mínimo de seguridad social y de derechos.
En tanto, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dijo que se apartará de la política si pierde las elecciones de octubre, en cuya carrera marcha segundo detrás del exmandatario Lula da Silva según las encuestas.
“Si es la voluntad de Dios, continúo (en la presidencia). Si no, paso la banda y me recogeré. Porque, a mi edad (67), no tengo nada más que hacer aquí en la Tierra si termina aquí mi paso por la política, el 31 de diciembre de este año”, dijo hace unos días, durante una entrevista en pódcast dirigidos a jóvenes evangélicos.
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