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Shinzo Abe, el líder en la sombra de Japón asesinado en un atentado

Magnicidio. Aún no están claras las verdaderas razones que motivaron al asesino -un militar retirado y desempleado de 41 años-, pero para el sistema político japonés significa la pérdida del político más influyente de lo que va del presente siglo. Abe fue heredero de una influyente familia de políticos y el primer mandatario electo nacido después de la derrota en la Segunda Guerra Mundial. Ya había sufrido un atentado que detallamos en el presente informe.

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Sus últimas palabras. En esta imagen se ve al asesino instalado a pocos metros del político. Se puede ver la correa de la maleta en la que estaba el arma. Foto: difusión

La salida del metro es uno de los lugares favoritos de los candidatos japoneses para dirigir sus discursos de campaña. En la ciudad de Nara, ubicada al oeste de la isla, el histórico ex primer ministro Shinzo Abe encabezaba un raleado mitin como cierre de campaña, pues mañana domingo son las elecciones. Solo cuatro agentes de seguridad lo acompañaban y, entre los simpatizantes, surgió uno que se instaló tras el experimentado político nipón, se fue acercando poco a poco, tanto así que fue captado en una de las fotografías. Lo que parecía un simple maletín resultó ser un extraño dispositivo del que brotaron dos certeros balazos que alcanzaron por la espalda al orador.

Son tan escasos los ataques amados en Japón que el asesino fue capturado por dos de los agentes de seguridad sin que ninguno extrajera su arma de fuego. La extraña arma del crimen, empero, yacía a pocos metros aún humeante: se trataba de una escopeta “hechiza”, es decir, de fabricación casera que el propio asesino construyó en vista de lo difícil que resulta acceder a un arma de fuego en su país.

Aún vivo, Shinzo Abe, de 67 años, fue trasladado al hospital de Nara, donde falleció cuatro horas después por la hemorragia causada por los proyectiles que afectaron su corazón, pulmones y arterias. De nada sirvieron las numerosas transfusiones de sangre a la que fue sometido por el equipo médico.

Las agencias de noticias confirman que el asesino es Tetsuya Yamagami, un desempleado de 41 años y exmiembro de las Fuerzas Marítimas de Autodefensa. Según la policía, Yamagami confesó que se encontraba “insatisfecho” con Shinzo Abe, pero no dieron más explicaciones.

Los ataques armados son poco frecuentes en Japón, menos aún los atentados a políticos. Sin embargo, este no fue el primer ataque que sufrió el experimentado político nipón. En abril del 2015, un ciudadano japonés fue detenido por depositar con un drone una caja con material radiactivo peligroso en casa de Abe. El sospechoso adujo que discrepaba con la política pro desarrollo de nuevos reactores nucleares del gobierno de Abe. Su preocupación se basaba en el reciente desastre nuclear generado en la central atómica de Fukushima, afectada por un tsunami en el 2011. La tragedia había sido advertida, pero la corrupción de las autoridades locales, con complicidad con los dueños de la central nuclear, provocó la enorme contaminación.

Abe fue el mentor del actual primer ministro Fumio Kishida, quien ha mantenido los principales pilares de la estrategia política de su predecesor desde que llegó al poder en octubre del año pasado.

La agencia española EFE informa que, pese a su retirada de la primera plana, el carisma del “halcón” Abe y sus frecuentes pronunciamientos sobre temas espinosos como la reforma de la constitución pacifista nipona o las tensiones con China seguían definiendo la agenda del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD), en contraste con el tono más moderado de Kishida.

Abe “no poseía ya ningún alto cargo oficial en el Gobierno ni en su partido, aunque mantenía su escaño de parlamentario, lideraba la principal facción dentro del PLD y, según los mentideros políticos, manejaba a su antojo los hilos de la formación conservadora”, informa el corresponsal Antonio Hermosín, de EFE.

“En los últimos meses, volvió a acaparar titulares y a poner a su protegido Kishida en apuros con declaraciones en las que apuntaba a una intervención militar japonesa en caso de invasión china de Taiwán, o en las que se mostraba partidario a que Japón albergara armas nucleares de Estados Unidos. Y es que Abe dejó la jefatura del Gobierno japonés sin haber podido alcanzar su prioridad política, la de ampliar las competencias nacionales de Defensa, para lo cual sería necesario una reforma constitucional que hasta ahora no ha contado con suficiente respaldo político ni ciudadano”.

Esta posible reforma es uno de los temas clave de las elecciones parciales a la Cámara Alta del Parlamento japonés que se celebran mañana domingo.

El asesinado ex primer ministro se retiró en 2020 por un grave mal estomacal, tal y como sucedió en el 2007. Fue el mandatario más longevo en el cargo.

Captura inmediata. Los agentes de seguridad no necesitaron usar sus armas de fuego para capturar al atacante. Foto: difusión

Político de estirpe

Nacido el 21 de setiembre de 1954 en Tokio, aunque criado en la prefectura de Yamaguchi, la región del sudoeste japonés en la que se asentaba el clan samurai del que desciende su familia, Abe llevaba la política en las venas.

Según informa la agencia EFE, “el abuelo materno de Abe fue el imperialista primer ministro Nobusuke Kishi, encarcelado durante tres años como criminal de guerra tras la Segunda Guerra Mundial, aunque luego exculpado y elegido primer ministro de 1957 y 1960. Su padre, Shintaro Abe, fue ministro de Asuntos Exteriores en los gobiernos de Yasuhiro Nakasone en los años ochenta. Otra figura que marcó su trayectoria fue la de su tío abuelo y Nobel de la Paz Eisaku Sato, uno de los jefes del Ejecutivo más duraderos del país (1964-1972), y al que Abe superó al encadenar mandatos entre diciembre de 2012 y setiembre del 2020″.

Abe era licenciado en Ciencias Políticas en 1977 por la Universidad Seikei de Tokio. Completó sus estudios en la Universidad del Sur de California (USC) antes de integrarse en el mundo laboral en 1979 en la siderúrgica Kobe Steel.

A los 52 años Abe se convirtió en el primer jefe del Ejecutivo de Japón nacido después de la Segunda Guerra Mundial.

No son frecuentes, pero sí hay hechos de sangre parecidos

Aunque en Japón no son frecuentes los ataques a políticos ni atentados terroristas, existen precedentes en su historia reciente de hechos similares.

En octubre de 1960, el presidente del Partido Socialista japonés, Inejiro Asanuma, murió apuñalado por un joven de 17 años ultranacionalista de derechas durante un debate político televisado.

En enero de 1990, el alcalde de la histórica ciudad de Nagasaki (donde cayó la segunda bomba atómica que provocó la rendición incondicional de Japón), Motojima Hajime, fue tiroteado y herido de gravedad por miembros de un grupo de derechas. En 2007, otro alcalde de Nagasaki, Iccho Itoh, recibió dos mortales disparos por la espalda durante un mitin de campaña electoral.

En octubre de 1990 fue asesinado a puñaladas el ministro de Trabajo, Hyosuke Niwa, por un hombre que pertenecía a las Fuerzas de Autodefensa de Tierra.

En octubre de 1996, el alcalde de Mitake, en la prefectura de Gifu (centro), Yoshiro Yanagawa, fue herido de gravedad en un atentado en su domicilio.

En octubre del 2002 un miembro del Partido Democrático (PD), Koki Ishii, fue apuñalado frente a su casa y perdió la vida a manos de un hombre perteneciente a una banda, que alegó motivos personales.

Herido de muerte. Shinzo Abe yace en el piso con dos impactos de bala en la espalda. Foto: difusión

Reacciones

Pedro Castillo, presidente del Perú

“El Gobierno peruano expresa sus más sentidas condolencias a la familia y al pueblo del Japón por el fallecimiento del ex primer ministro Shinzo Abe. Siempre será recordado por el Perú como un amigo”.

Felipe VI, rey de España

“En estos momentos tan trágicos de dolor e incomprensión por lo sucedido, os quiero transmitir, junto a la reina, mi rotunda condena a este horrible acto de violencia y mi apoyo y aliento para todos los japoneses”.

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil

“Como señal de respeto al pueblo japonés, de reconocimiento por la amistad de Shinzo Abe con Brasil y solidaridad ante esta crueldad injustificable, decreté luto oficial en todo el país por tres días”.

Joe Biden, presidente de EE. UU.

“El asesinato de Abe es una tragedia para Japón y para todos los que lo conocían. Siendo el primer ministro japonés que más sirvió en el cargo, su visión de un Indopacífico libre y abierto persistirá...”.

Datos

Muerte mediática. Numerosos testigos presenciales captaron otros videos que se hicieron virales y en los que se aprecia el momento del disparo, que dejó una nube de humo y a Abe en el suelo siendo atendido por los servicios médicos.

Sigue la campaña. Los comicios del domingo siguen adelante tras el sobresalto de hoy, según decidió el Gobierno. El primer ministro canceló todos los actos electorales oficiales que tenía previsto desde el viernes hasta hoy, víspera electoral.