Rebekka Blue, de 28 años, de Carolina del Norte, EE. UU., gana dinero de una forma especial, pues cobra a extraños entre US$ 100 (£ 80) y US$ 355 (£ 290) por su basura sucia, incluidos pantalones, uñas de los pies y saliva. Con esto, ella puede ganar hasta US$ 10.000 (£ 8.335) al mes y lo hace a través de sus redes sociales.
La mujer declaró para un medio local que ahora intenta no tirar las cosas tan sucias: “Si estoy de humor para un nuevo guardarropa, puedo vender mi ropa sucia para obtener nuevos artículos”.
“Ofrezco un servicio de venta que da placer y hace sentir bien a los compradores en un ambiente seguro. Además, está clasificado como industria del sexo, estás vendiendo placer”, asegura Rebekka.
La joven ha llegado al punto de vender su anticonceptivo DIU que se retiró después de tres años, el cual es un dispositivo intrauterino. También vendió sus eructos en una bolsa de plástico.
El precio oscila entre US$ 50 (£ 40) y US$ 250 (£ 200), pero a menudo maximiza sus ingresos creando contenido explícito para vender junto con el artículo en cuestión. Dice que los tres objetos más solicitados son calcetines, bragas y medias.
“Normalmente los vendo después de usarlos por US$ 50 (£ 40). Cobro más por las solicitudes únicas y extrañas, como raspados de lengua, agua de baño y bastoncillos de algodón con cera en los oídos. Básicamente, gano dinero con cualquier cosa que esté unida a mi cuerpo”, contó.
"La seguridad financiera es la mayor bendición, pero no es fácil". Foto: Mercury Press
Sin embargo, también vende basura por US$ 100 (£ 80) y a algunos hombres les gusta comerla. “He masticado comida y la he escupido por 100 dólares (80 libras esterlinas). Todo suma”, manifiesta la mujer.
Este ingreso adicional le ha dado a Rebekka los medios para establecer otras empresas, como una fundación de rescate de perros.
“Soy minimalista. Me he dado cuenta de que las cosas materialistas no importan. La seguridad financiera es la mayor bendición, pero no es fácil. Mi día consiste en comunicarme con los clientes y crear un ambiente seguro para que se sientan cómodos. Siempre hay trasnochadas, pero siempre es emocionante y divertido”, confesó
Si bien gana mucho dinero, también comenta que a veces puede ser una carga para su salud mental, ya que es como ser ”una terapeuta”.