Primero fue la anónima mujer que el mismo día de la invasión, cuando las tropas rusas ingresaron a la primera ciudad ucraniana, se acercó a los soldados y les obsequió semillas de girasol “para que tenga flores tu tumba”, fue lo que les dijo.
Luego sería la profesora de Historia Olena Kurilo, cuyo rostro ensangrentado por la explosión de un misil ruso en su edificio de apartamentos dio la vuelta al mundo y se convirtió en símbolo del la invasión.
Al día siguiente, “decenas de diarios de todo el mundo llevaron en sus portadas la cruda imagen de la guerra: un rostro inocente, indefenso y ensangrentado”, informó el diario argentino Clarín.
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“Nunca pensé que algo así podría pasar. Nunca pensé que esto realmente sucedería en esta vida”, dijo mientras salía conmocionada del hospital de la ciudad después del tratamiento.
La maestra resultó herida durante un ataque aéreo en su complejo de apartamentos en la ciudad de Chuhuiv. Y sus heridas se debieron a los continuos ataques con misiles rusos en varias ciudades desde que comenzó la invasión. Olena resultó lastimada por fragmentos de vidrio que le abrieron la cabeza.
Kurilo prometió “hacer todo por mi patria” después de ser una víctima del ataque con misiles rusos en la mañana del jueves 24.
Reconoció que tuvo “mucha suerte” y admitió que “debo tener un ángel guardián” para haber sobrevivido al ataque.
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La profesora herida dijo que “nunca pensó” que Rusia lanzaría una invasión de Ucrania, pero prometió “ponerse de pie e ir” a la defensa de su país. Haré todo por Ucrania, tanto como pueda, con toda la energía que tenga. “Siempre estaré solo del lado de mi patria”, dijo.
“Yo misma soy directora, educadora, estudiamos la historia, pero nunca pensamos que esto sucedería en nuestra tierra”, dijo.
Agregó que su casa en Chuhuiv fue “completamente destruida” en el ataque con misiles. “No hay ventanas ni puertas, una puerta salió volando, incluso el piso fue arrancado por completo”, dijo.
El mismo día que empezó la invasión rusa, Vladimir Putin había prometido a los ucranianos que “no había amenaza para la población” porque las fuerzas rusas están usando “armas de precisión”, pero al mediodía Kiev afirmó que al menos 40 civiles, entre ellos un niño en un bloque de apartamentos en Járkov, habían sido asesinados.
Como Kurilo ya son miles las ucranianas que resultaron heridas y muertas en los sucesivos ataques. Pero las imágenes de mujeres portando una pequeña maleta con sus enseres, cargando niños o ayudando a los cientos de miles de desplazados que han cruzado las fronteras de Ucrania simbolizan la tragedia que afecta a las mujeres de Ucrania.
La profesora Olena Kurilo hizo un especial pedido a las madres de Rusia para que no permitan que sus hijos vayan a la guerra.
“No conozco a nadie a quien le gustaría ir a la guerra con Rusia. Ni una sola persona pensó que Putin podría hacer esto... No sabemos qué pasará con nuestra casa”, lamenta Kurilo. “Hago un llamado a todas las madres de Rusia para que no dejen que sus hijos vayan a la guerra”, pidió. “Esta es una guerra sin sentido, no traerá felicidad a nadie, no enriquecerá a nadie”, agregó.
“Queremos paz. La guerra es dolor humano”, dijo.