Mientras la tensión entre Rusia y Ucrania remece la política mundial, las autoridades de occidente y sus aliados han volteado su mirada a un instrumento clave en este conflicto. Se trata del Nordstream 2, un gaseoducto finalizado en septiembre del 2021 que conecta Rusia y Europa y solo está a la espera de su aprobación para comenzar sus operaciones.
Es un gaseoducto de 1.230 kilómetros que atraviesa el mar Báltico desde Rusia hasta Alemania y que, desde allí, podría suministrar gas a toda la Unión Europea.
Ucrania sostiene que el gaseoducto ruso Nord Stream 2 es una amenaza para su seguridad. Imagen: CNN
El proyecto, a cargo del gigante energético estatal ruso Gazprom PJSC, pretende duplicar la capacidad del Nordstream anterior en 55.000 millones de metros cúbicos por año y cobra relevancia en un contexto donde la región europea abandona la energía nuclear y carbón.
Pero hay un detalle: al pasar por el mar Báltico, el conducto no cruza por Ucrania.
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Para Kiev, los gasoductos que atraviesan Ucrania son una garantía de su seguridad nacional, ya que cualquier amenaza bélica puede comprometer el suministro de gas hacia el resto del continente.
Además, la existencia del proyecto también representa un golpe económico para Ucrania, un país que cobra lucrativas tarifas de tránsito por el gas que pasa en su territorio.
En ese sentido, el gasoducto es visto como una importante arma geopolítica en este conflicto y, por esa razón, también los Estados Unidos también la tienen en la mira.
El gasoducto es una manzana de la discordia para Moscú y Washington y sus aliados.
Mientras que Rusia señala que el Nordstream 2 es un proyecto comercial, Estados Unidos busca que el proyecto no prospere bajo el argumento de que aumentaría la influencia económica y política de Rusia sobre la Unión Europea.
Al mismo tiempo, bloquear este proyecto también asegura que sigan vendiendo más gas natural licuado (GLN) a las naciones europeas.
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Estados Unidos ha acordado con Alemania que si Rusia intenta utilizar la energía como un arma geopolítica o comete una agresión contra Ucrania, se tomarán sanciones financieras a nivel nacional y europeo que limiten las exportaciones rusas de energía.
En tanto, Alemania, quien debe aprobar el tránsito del gas ruso, confía en esta materia por representar una transición verde y relativamente económica.
Sin embargo, la Unión Europea (UE) considera que el Nordstream 2 no debería operarse en un vacío legal o por la jurisdicción de un tercer país.