La Oficina Federal de Estadística (Destatis) informó este viernes 1 de octubre que la tasa de inflación en Alemania ha superado en el mes de septiembre el umbral de 4% por primera vez en casi 28 años, al posicionarse en el 4,1% interanual. La Destatis dijo, además, que la última vez que la inflación sobrepasó esa barrera, fue en diciembre de 1993, cuando subió a un 4,3% en correlación a la misma cifra del mes anterior.
Como consecuencia de esta situación, hay un debilitamiento del poder adquisitivo de parte de los consumidores. A la vez también supone una mala noticia para los ahorradores, los cuales son muchos en Alemania.
La inflación se encuentra en constante aumento desde hace meses debido al aumento de los precios de la energía. La recuperación económica que se ha venido dando posterior a los picos más altos de la pandemia de la COVID-19 ha conseguido que la demanda del crudo crezca de forma considerable, esto produce la subida de los precios en el mercado.
De acuerdo a los datos preliminares que ha mostrado la Destatis, el mes anterior los consumidores tuvieron que pagar un 14,3% más que el año anterior por el combustible y la energía eléctrica de los hogares.
Es muy probable que este año la inflación en los países con las mayores economías de Europa gire alrededor del 5%. Pese a ello, los economistas han considerado que el aumento de la inflación es un fenómeno temporal, puesto que en la actualidad no ven un riesgo de una espiral de precios prolongada.
Se considera posible que este año la inflación en la mayor economía de Europa se sitúe en torno al 5%. Sin embargo, los especialista consideran que el aumento de la inflación es un fenómeno temporal. Actualmente, no ven el riesgo de una espiral de precios prolongada.
“Mientras los acuerdos salariales sigan siendo moderados, no hay muchos indicios de que vayamos a encontrarnos con una inflación duradera”, dijo la economista Veronika Grimm.
Entre las subidas de precios, destaca el 14,3% de los de la energía, seguidos del 4,9% de incremento de los precios de la alimentación; por otra lado, en el sector de los servicios se registró un aumento del 2,5%.
De manera más específica, entre los alimentos destacó la subida del 8,4% de las verduras y el 4,7% de la carne; el precio de los alquileres subió como media un 1,7%.