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Talibanes prometen protección para trabajadores humanitarios, según ONU

El vocero de la ONU Stephane Dujarric adelantó que los talibanes se comprometen a garantizar la seguridad y libertad de movimiento de trabajadores humanitarios, sin excepción de su género.

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Según la ONU, Afganistán ya requería la tercera operación humanitaria más grande del mundo antes de su actual crisis política. Foto: EFE

Los talibanes prometieron este domingo que garantizarán la seguridad de trabajadores humanitarios y el acceso de ayuda en Afganistán, en una reunión con el jefe de la misión humanitaria de la ONU en Kabul, informó un vocero de Naciones Unidas.

Martin Griffiths, secretario general de la ONU, estuvo en la capital afgana, este domingo, para adelantar varios días de reuniones con líderes talibanes en momentos en que el país se enfrenta un posible desastre humanitario, luego de que quedara bajo el control de islamistas radicales.

“Las autoridades prometen que la protección y seguridad del equipo humanitario, y el acceso humanitario a la gente necesitada, serán garantizados y que a los trabajadores humanitarios -hombres y mujeres- se les garantizará libertad de movimiento”, aseguró en un comunicado Stephane Dujarric, vocero de la ONU.

Griffiths reiteró en la reunión que la comunidad humanitaria está comprometida con proveer “asistencia imparcial e independiente”.

También llamó a todas las partes a asegurar los derechos y protección de las mujeres, tanto a las que contribuyen con la entrega de ayudas como a las civiles.

Las libertades de las mujeres en Afganistán fueron drásticamente reducidas bajo el régimen talibán entre 1996 y 2001.

La delegación talibán, encabezada por su cofundador Mullah Abdul Ghani Baradar, agradeció a los oficiales de la ONU por la “continuación prometida de la asistencia humanitaria para los afganos” y les aseguró “la cooperación y provisión las instalaciones necesarias”, según un comunicado publicado en Twitter por el portavoz talibán Suhail Shaheen.

La ONU dice que Afganistán está sumida en una crisis humanitaria que afecta a 18 millones de personas o la mitad de la población.

Incluso antes de la ofensiva relámpago de los talibanes que expulsó al gobierno respaldado por occidente el 15 de agosto, Afganistán ya dependía considerablemente de ayudas, con el 40% del PIB del país robustecido por financiación extranjera.

Sin embargo, el futuro de las misiones de ayuda en el país bajo el régimen talibán ha sido fuente de preocupación para Naciones Unidas y grupos de asistencia, a pesar de las promesas de los talibanes de liderar un régimen más blando que el que impusieron en su primera etapa en el poder.

Varias organizaciones que proveen asistencia le habían confirmado previamente a la AFP que estaban en conversaciones con los talibanes para continuar sus operaciones, o que ya habían recibido garantías de seguridad para programas existentes.

La ONU dijo esta semana que los vuelos humanitarios se reactivaron en varias provincias afganas.

El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, urgió “a los talibanes y a todas las partes a ejercer máxima cautela para proteger vidas y satisfacer las necesidades humanitarias”, en un informe al Consejo de Seguridad difundido durante esta semana.

El discurso fue compilado en momentos en que el mandato de la misión política de la ONU en Afganistán está programado para expirar el 17 de septiembre.