Repasa los principales acontecimientos en Afganistán desde la llegada de los talibanes a Kabul, el domingo 15 de agosto.
El domingo 15 de agosto, los talibanes llegan a las puertas de Kabul, al cabo de una ofensiva fulminante iniciada en mayo tras el comienzo de la retirada de las tropas de Estados Unidos y de la OTAN.
En los últimos 10 días, los insurgentes se han apoderado de todas las grandes ciudades de Afganistán, sin hallar casi resistencia.
“El Emirato Islámico ordena a todas sus fuerzas que permanezcan a las puertas de Kabul, que no intenten entrar en la ciudad”, tuitea Zabihullah Mujahid, un portavoz de los talibanes. Pero habitantes de Kabul señalan la presencia de talibanes en los suburbios de la ciudad.
El ministro afgano del Interior, Abdul Sattar Mirzakwal promete en un mensaje de video “una transferencia pacífica del poder a un gobierno de transición”.
Asimismo, el presidente afgano, Ashraf Ghani, pide a las fuerzas de seguridad que garanticen la “seguridad de todos los ciudadanos” manteniendo el orden público en Kabul.
El domingo por la noche, el presidente afgano Ashraf Ghani abandona el país, asegura el ex vicepresidente Abdullah Abdullah, sin que se sepa por el momento su paradero, aunque el grupo de prensa afgano Tolo sugiere que viajó a Tayikistán.
Imágenes de televisión confirman que los talibanes están en la capital afgana y se han apoderado del palacio presidencial.
Elementos biográficos de los principales dirigentes talibanes. Infografía: AFP
Por su parte el presidente dice en un mensaje en Facebook que huyó del país para “evitar un baño de sangre”, y reconoce que “los talibanes han ganado”.
Una marea humana se precipita desde el lunes 16 de agosto al aeropuerto, única puerta de salida del país.
Videos muestran a centenares de personas que corren cerca de un avión de transporte militar estadounidense que se dirige a la pista de despegue, con algunas de ellas intentando aferrarse a sus flancos o a las ruedas.
Un puente aéreo incesante, de aparatos militares, esencialmente estadounidenses, evacúan personal diplomático y empleados locales.
Afganistán, los bandos enfrentados. Foto: AFP
Los vuelos civiles y militares son suspendidos durante unas horas, antes de retomarse hacia la noche del lunes.
El primer ministro británico Boris Johnson pide una cumbre del G7.
El dirigente del partido conservador alemán, Armin Laschet, califica la retirada como “la mayor debacle (...) de la OTAN desde su creación”. Para Angela Merkel, Estados Unidos retiró a las tropas extranjeras por “razones de política interna”.
China es el primer país que afirma querer mantener con los talibanes “relaciones amistosas”. La diplomacia rusa considera que los talibanes garantizan “el orden público”.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas avisa a los talibanes contra toda voluntad de convertir al país en una base para futuros ataques terroristas.
Por su parte, el presidente francés Emmanuel Macron también alerta de los “importantes flujos migratorios irregulares”.
El martes, los talibanes anuncian una amnistía general para los funcionarios.
“Se declara una amnistía general para todos (...) retomen sus quehaceres cotidianos con toda confianza”, afirmaron en un comunicado.
Duramente criticado tras la caída de Kabul, el presidente estadounidense, Joe Biden, defiende “firmemente” su decisión de retirar las tropas de Afganistán, e insiste en que la misión nunca fue construir una nación, sino impedir nuevos ataques en territorio norteamericano.
Biden advierte a los talibanes que “si atacan a nuestro personal o interrumpen nuestra operación (de retiro), la respuesta será rápida y contundente. Defenderemos a nuestra gente con fuerza devastadora si es necesario”.
“Las imágenes de desesperación en el aeropuerto de Kabul son una vergüenza para occidente”, afirma Frank-Walter Steinmeier. “Somos corresponsables”, añade.
Alemania suspende su ayuda al desarrollo a Afganistán, unos 430 millones de euros (505 millones de dólares) cada año.