Las masivas protestas en Cuba han generado, además de sorpresa, la respuesta firme, pero también dividida dentro de la comunidad internacional.
El gobierno de los Estados Unidos, al que el régimen cubano acusa de ser el artífice de las manifestaciones, rechazó la violencia con la que se sometieron a los ciudadanos el último domingo y descartó que estén financiando o promoviendo las protestas. Sobre el tema, el presidente Joe Biden dijo apoyar a los ciudadanos que tomaron las calles.
“Estamos con el pueblo cubano y su claro llamado a la libertad y al rescate de las trágicas garras de la pandemia y de las décadas de represión y sufrimiento económico al que han sido sometidos por el régimen autoritario de Cuba”, declaró Biden.
“Estados Unidos pide al régimen cubano que, en lugar de enriquecerse, escuche a su pueblo y atienda sus necesidades en este momento vital”, puntualizó.
Por su parte, el gobierno de Rusia rechazó la “injerencia extranjera” en los asuntos internos de Cuba y ha advertido contra “acciones destructivas” que puedan desestabilizar la situación en la isla. “Consideramos inaceptable que haya una injerencia extranjera en los asuntos internos de un Estado soberano y cualquier otra acción destructiva que pueda provocar la desestabilización de la situación en la isla”, mencionó la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova.
El día después de las protestas, lo que reinaba en varias regiones del país era una tensa calma producto de la masiva presencia de las fuerzas del orden en los espacios públicos. En las dependencias policiales, padres de familia seguían de cerca la situación de sus hijos detenidos.
El Movimiento San Isidro, un grupo a favor de la libertad de expresión en Cuba, difundió una lista de por lo menos 69 personas detenidas y desaparecidas tras las multitudinarias manifestaciones.
“Responsabilizamos a Miguel Díaz-Canel y la policía política por la represión desplazada hacia la sociedad civil cubana”, escribió el grupo en Telegram, una de las pocas plataformas digitales en las que la sociedad local puede intercambiar información con los medios del extranjero. Facebook y Whatsapp fueron cancelados. El internet que abastece el proveedor estatal fue restringido en la isla durante varias horas, según corroboró el sitio de monitoreo NetBlocks.
“Las calles están llenas de policías en cada esquina desde anoche. Prácticamente lo único que ves pasar son patrullas (autos de policía)”, contó Mairelis, desde Centro Habana, en la capital, para la cadena internacional BBC.
Por su parte, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó el arresto y los ataques en contra de periodistas independientes en Cuba y denunció la interrupción del servicio de internet.
Entre los reporteros independientes afectados se encuentran Héctor Luis Valdés, de ADN Cuba, Ramón Espinosa, fotorreportero de la agencia The Associated Press (AP), y un camarógrafo de esa agencia. Dice que los manifestantes obedecen a “contrarrevolucionarios” que están próximos a los Estados Unidos.
Enfoque por Juan Carlos Ladines, internacionalista de la UP
Este momento en Cuba es una ventana para la política estadounidense bajo el mando de Joe Biden. Ahora tienen la oportunidad de hacer reformas reales luego del enfriamiento y el bloqueo logrado durante el gobierno de Donald Trump. Es momento para intentar extender ese lazo. Por el contrario, de hacerse más fuerte la asfixia de EE. UU., serviría para que el régimen de Díaz-Canel utilice ese discurso y le dé más fuerza a su resistencia.
Lo que está pasando en Cuba podría convertirse en una “primavera caribeña” en el que se puede poner en jaque también a Nicaragua e incluso a la misma Venezuela, que muchos lo consideran como parte del Caribe. Esta podría ser la oportunidad para la administración demócrata para apuntar a un cambio de reglas políticas.
César Zafra, @CzarZafra
Parece claro que Cuba tiene una oportunidad de tener libertad. El apoyo internacional y las redes sociales serán claves.
Infografía - La República.
Infografía - La República.