La segunda ola de la pandemia sigue agravándose en Chile, que registró este sábado 5.928 casos nuevos y 123 fallecidos, mientras la capital inicia su primer fin de semana de confinamiento para tratar de frenar los contagios producidos tras las vacaciones de verano.
Es el tercer día consecutivo que se superan los 5.000 nuevos casos, unas cifras que no se veían desde junio del 2020, cuando el país atravesaba una situación crítica, con la red sanitaria al borde del colapso y la mayoría de la población en cuarentena total.
“Estamos viviendo el mismo fenómeno que en otros países y, pese a la vacunación, la pandemia se mantiene activa e insistimos en el uso correcto de mascarillas, distanciamiento físico y lavado de manos”, indicó en rueda de prensa el ministro de Salud, Enrique Paris.
El balance total desde el inicio de la pandemia, hace un año, se sitúa así en 885.379 infectados y 21.574 decesos, al tiempo que el número de casos activos llegó a máximos en meses, con 32.705 personas que pueden contagiar el virus.
La virulencia de la segunda ola obligó a las autoridades a anunciar nuevas cuarentenas totales en grandes ciudades, como Concepción, Valparaíso o La Serena, y el confinamiento durante los fines de semana en la Región Metropolitana, a la que pertenece la capital y donde viven 7 de los 19 millones de habitantes del país.
Este fin de semana, por tanto, estará confinada el 90% de la población de Chile, que en las últimas 24 horas registró una tasa nacional de positividad —el número de contagios de la COVID-19 detectados por cada 100 test PCR realizados— del 8,3%.