El último viernes 5 de marzo, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, se mostró preocupado por la variante de Brasil P.1 descubierta en Amazonas) ahora hallada en varios países de Latinoamérica.
declaró que “toda Latinoamérica” se encuentra en emergencia debido a la situación sanitaria en Brasil, donde la variante P.1 (descubierta en Amazonas) ya está presente en casi todo el territorio nacional.
“La situación es muy seria y estamos muy preocupados. Las medidas sanitarias que Brasil tome deberían ser agresivas, al mismo tiempo que avanza en la vacunación”, dijo en rueda de prensa el jefe de la OMS.
“La preocupación no gira tan solo en torno a Brasil, sino también en torno a los vecinos de Brasil. Es casi América Latina en su conjunto, muchos países, excepto dos más o menos. Si Brasil no se lo toma en serio, afectará a todos los vecinos y más allá”, alertó Ghebreyesus y recalcó que el Gobierno brasileño “tiene que tomarse esto muy muy en serio”.
Con contenedores frigoríficos para almacenar cuerpos, ambulancias transformadas en improvisadas habitaciones de hospital, traslado de pacientes a miles de kilómetros de distancia, las señales de un inminente colapso sanitario son cada vez más visibles en Brasil.
Detrás de este ‘tsunami’ de contagios que crece sin cesar desde noviembre hay varios factores, pero el que más inquieta a los científicos es la circulación sin freno de variantes del SARS-CoV-2 con mutaciones asociadas a un mayor poder de infección.
En al menos siete de los 27 estados brasileños ya son mayoría los casos detectados con las llamadas “variantes de preocupación”. Son Amazonas, Ceará, Pernambuco, Río de Janeiro, Río Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná, según la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), centro de investigación médica de referencia en Latinoamérica.
Con 262.770 fallecidos por COVID-19, el gigante sudamericano es el segundo país del mundo más golpeado por la pandemia, solo superado por Estados Unidos (520.563 muertos), según un balance de la AFP basado en datos oficiales.
El promedio semanal de decesos se sitúa por encima de 1.000 desde el 20 de enero —cifra registrada por primera vez en agosto de 2020―, y supera desde este viernes los 1.400.
El repunte resulta, según los expertos, de la falta de distanciamiento social durante las fiestas de fin de año y de las aglomeraciones del verano austral y el Carnaval, pese a que estas últimas estaban formalmente prohibidas.
Algunos estudios apuntan igualmente a la nueva variante de coronavirus procedente de la Amazonia, denominada P.1, dos veces más contagiosa, detectada ya en 17 estados y que causa alarma mundial.
Científicos de la Fundación Fiocruz, del Ministerio de Salud brasileño, detectaron, además, en la mayoría de los pacientes de seis estados (de ocho analizados) una mutación de esa variante.
Para evitar colapsos en los hospitales, Río de Janeiro ha impuesto restricciones en bares y restaurantes, que deberán cerrar a las 6.00 p.m., tres horas más de lo que había decidido la alcaldía, y prohibió la actividad comercial en las famosas playas de la ciudad y el funcionamiento de los clubes nocturnos, las ‘ruedas de samba’ y otras fiestas.
En tanto, el estado de Sao Paulo, el más rico y poblado del país, donde se registraron 61.000 fallecidos, endurecerá las medidas anti-COVID-19 a partir del sábado a las 00.00 horas (3.00 horas GMT), y solo se permitirán actividades esenciales, sobre todo del ámbito de la salud, la alimentación y el transporte público, además de escuelas e iglesias.
En el país sudamericano, cuyo presidente de ultraderecha, Jair Bolsonaro, minimiza la pandemia y critica las medidas de aislamiento por sus efectos económicos, los estados y municipios dictan las medidas de cuarentena para frenar la propagación del virus.
Precisamente, el director de emergencias de la OMS, Michael Ryan, también presente en la rueda de prensa, llamó a “no bajar la guardia en otras áreas”, como las medidas de distancia física, si no se quiere “desperdiciar la esperanza que brinda la vacuna”.
El responsable incidió en que las medidas básicas de prevención siguen siendo “la mejor apuesta” para atajar los contagios, pero añadió que en países como Brasil, con poblaciones urbanas muy numerosas, es muy difícil mantener la distancia o que la gente lleve mascarilla si “no tienen recursos para hacerlo sin el apoyo del Estado”.
La variante del coronavirus conocima como Brasil P.1 fue detectada inicialmente en Japón en personas de regreso de la Amazonía brasileña. Según el investigador Felipe Naveca, se trata de la mutación de “uno de los 18 linajes” del virus que han circulado en el estado de Amazonas desde el inicio de la pandemia ―y que llegó a ser dominante durante el segundo semestre de 2020.
El experto ha explicado que con los datos recabados hasta ahora “no da para decir que esa variante sea más letal”, aunque las autoridades no descartan que su propagación este relacionada con el dramático aumento de muertos y casos en el estado brasileño.
“Todos los indicios ya indicaban que es más contagiosa, porque tiene mutaciones que ya habían sido relacionadas con la mayor transmisión que tienen las variantes de Reino Unido y Sudáfrica. Ahora, este dato de la frecuencia muy alta con que ha sido encontrada refuerza la sospecha de que es más contagiosa”, agregó el científico, miembro del Instituto Leônidas y Maria Deane que trabaja junto a la prestigiosa Fundación Fiocruz.
Con información de EFE y AFP.