La Navidad de 2020, que ya empezó en varios puntos del mundo, será para muchos una de las más tristes, con millones de personas forzadas a cancelar sus planes o a limitar las festividades a causa de las restricciones decretadas en numerosas naciones para luchar contra la expansión de la pandemia del nuevo coronavirus.
El virus SARS-CoV-2 ha dejado más de 1,7 millones de víctimas mortales en todo el globo y los focos de infecciones que continúan apareciendo recuerdan que, pese a la llegada de las primeras vacunas, la vida no regresará tan rápido a la normalidad de antes.
El papa Francisco ofició su tradicional misa de Nochebuena con dos horas de anticipación en la basílica de San Pedro, con al rededor de 150 asistentes, estrictamente separados y con mascarilla.
“El tiempo que tenemos no es para autocompadecernos, sino para consolar las lágrimas de los que sufren”, manifestó el sumo pontífice en la homilía destinada a más de 1.300 millones de devotos en todo el mundo. “Hablamos mucho, pero a menudo somos analfabetos de bondad”, agregó el jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano.
Los exteriores de la imponente plaza de San Pedro, iluminada con su gran árbol de Navidad, se encontraban totalmente desiertos.
El arzobispo Pierbattista Pizzaballa saluda a la gente mientras camina al lado de un hombre disfrazado de Santa Claus en la ciudad de Belén. Foto: AFP
Australia, que durante este año fue citada en varias ocasiones como ejemplo de buena gestión sanitaria, afronta actualmente un repunte de casos en el norte de Sídney, cuyos habitantes solo podrán invitar a sus viviendas a diez adultos y a cinco si residen en “el epicentro” del foco de contagios.
En Filipinas, algunos ciudadanos eligieron pasar las fiestas navideñas solos debido al riesgo de contraer la COVID-19 en el transporte público.
La mayor parte de Europa también se enfrenta a uno de los inviernos más fuertes, con un resurgimiento epidémico en varios países. Alemania, por ejemplo, tuvo que cancelar sus célebres mercados de Navidad. Otros estados como Italia y Francia impusieron severos confinamientos y toques de queda.
Una pareja disfruta de las luces en Tokio, Japón. Foto: AFP
Paralelamente, miles de camioneros europeos se preparan para pasar la Nochebuena en condiciones complicadas, bloqueados cerca del puerto de Dover, en el Reino Unido, que sale lentamente del aislamiento que provocó el surgimiento en su territorio de una nueva variación del coronavirus.
Ante el repunte de los casos positivos en Brasil, el segundo país más dañado del mundo con casi 190.000 fallecimientos, por detrás de Estados Unidos, el alcalde de Río de Janeiro prohibirá en la noche del 31 de diciembre el ingreso al barrio de la conocida playa de Copacabana para impedir las aglomeraciones en la última noche de 2020.