Ghislane Maxwell, exnovia y socia del fallecido financista Jeffrey Epstein, fue arrestada el pasado jueves 2 de julio, por múltiples cargos, entre ellos tráfico de menores. Este viernes 10 de julio, las autoridades de Nueva York, en los Estados Unidos, ordenaron eliminar la ropa y las sábanas de su celda a cambio de una vestimenta de papel, por temor a que se suicide tras las rejas, así como lo hizo el administrador.
La mujer, de 58 años de edad, se encuentra recluida en el Centro de Detención Metropolitano en Brooklyn, mismo penal donde se quitó la vida Jeffrey Epstein el 10 de agosto del 2019.
El Departamento de Justicia informó que implementaron este tipo de seguridad para Maxwell y así evitar que ella se puede maltratar o que otros reclusos la puedan atacar. Entre los protocolos están: tener una compañía dentro de la celda y monitoreo 24 horas.
Maxwell fue acusada por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York de “ayudar” a Epstein a “explotar y abusar sexualmente de múltiples” niñas entre 1994 y 1997, además de mentir a la Justicia sobre el asunto.
Se espera que se celebre una vista del caso de Maxwell en la Corte Federal de Manhattan a finales de esta semana, como han solicitado los fiscales, que pretenden argumentar que la socialité británica debe permanecer detenida hasta que se celebre el juicio, ya que han calificado su riesgo de fuga como “extremo”.
En un documento, la fiscal en funciones del Distrito Sur de Nueva York, Audrey Strauss, señaló el pasado jueves que la acusada tiene “tres pasaportes, grandes cantidades de dinero, amplias conexiones internacionales y absolutamente ninguna razón para quedarse en EE. UU. y afrontar la posibilidad de una larga sentencia”.
La Fiscalía argumenta que tiene pruebas "sólidas" contra la acusada, con alegaciones serias de "múltiples víctimas" respaldadas por documentos como registros de vuelo, entradas de diario o fichas de negocios, y que de ser encontrada culpable se enfrenta a un máximo de 35 años en prisión, lo que crea "un incentivo extraordinario para fugarse".
Además de tener nacionalidad de EE. UU., Reino Unido y Francia, Maxwell ha acumulado más de 20 millones de dólares en sus cuentas bancarias en los últimos años y fue capaz de pasar desapercibida durante meses en Bradford (New Hampshire), en una propiedad de 630.000 metros cuadrados comprada en efectivo el pasado diciembre a través de una empresa anónima.