A una semana de la muerte de George Floyd, el afroamericano que falleció luego de ser detenido por policías, las protestas en Estados Unidos y en casi todo el país no se han detenido.
Derek Chauvin, junto a otros tres policías cómplices, fueron detenidos luego que el primero lo asfixiara con su rodilla hasta que perdiera el conocimiento.
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El hecho ocurrió en el estado de Minnesota, Minneapolis, cuando Floyd trató de pagar con un billete supuestamente falso de 20 dólares y las autoridades lo interceptaron.
Según la página TMZ, Chauvin está siendo vigilado en un celda desde una cámara las 24 horas del día, con un protocolo antisuicidio y un agente que acude cada 15 minutos a donde está recluido.
Actualmente, Chauvin está encarcelado en la prisión del condado de Ramsey, St. Paul, Minnesota, y se enfrenta a un cargo por asesinato en tercer grado y homicidio en segundo grado.
En la capital estadounidense, cientos de personas se congregaron nuevamente el domingo 31 de mayo a las afueras de la Casa Blanca. Una vez que cayó la noche, la manifestación, hasta entonces pacífica, se volvió tensa y se quemaron banderas norteamericanas y vehículos, se pintaron paredes en la vía pública, hubo bengalas encendidas y se rompieron muchos escaparates.
Por primera vez, las autoridades habían ordenado un toque de queda a partir de las 23.00 para toda la ciudad. A la hora señalada, la policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, muy cerca de la residencia del presidente. Los helicópteros sobrevolaron la zona durante gran parte de la noche.
Según el diario The New York Times, Donald Trump se refugió en un búnker el viernes 29 de mayo por la noche durante una manifestación similar producida frente a su residencia oficial.