Una Iglesia en Australia ha prometido ser la salvadora de la humanidad tras presuntamente tener la “cura milagrosa” contra la pandemia del coronavirus.
La Iglesia de Salud y Curación Genesis II, denominada en las redes sociales como la “Iglesia del Cloro”, aseguró que el uso de inyecciones de lejía mataría al virus.
En un video publicado en las redes sociales, Mark Grenon, líder de la iglesia australiana informó que la denominada “agua sacramentada” alivia de todos sus males a los enfermos del nuevo coronavirus.
Sin embargo, tras las declaraciones de Grenon, autoridades sanitarias en Estados Unidos y Australia criticaron al pastor y calificaron sus palabras como “charlatanería”, pues no sería la primera vez que ponen a la venta el Miracle Mineral solution (MMS), informó ABC News.
El profesor de la Universidad de Monash, Ken Hervey, alertó que la iglesia ha sido una amenaza para el país en los últimos diez años debido que siempre ha promovido el uso de químicos de limpieza para la cura de diversas enfermedades.
En un comunicado, la “Iglesia curativa” que promueve a los blanqueadores industriales como una cura para la COVID-19 exige que se les permita continuar vendiendo la solución potencialmente tóxica en Australia por motivos de libertad religiosa.
En Estados Unidos se han reportado hasta el momento 324 casos de intoxicación por uso de cloro en el estado de Texas. Según el gobierno local, los envenenamientos ocurrieron el 25 de abril, dos días después de que el presidente Donald Trump instara a investigar las propiedades curativas de los desinfectantes.
El Centro de Control de Envenenamientos de Nueva York, Estados Unidos, recibió una serie de llamadas telefónicas para pedir auxilio ante casos de intoxicaciones causados por productos desinfectantes como la lejía.
De acuerdo con EFE, el departamento manejó por teléfono nueve casos por exposición al Lysol, diez relacionados con la lejía y once con otros productos de limpieza del hogar en un período de 18 horas antes de las tres de la tarde del viernes 24 de abril. Mientras que, el gobernador del estado de Maryland informó que recibió 100 llamadas de emergencia por parte de ciudadanos que consumieron el desinfectante.