Argentina: preso condenado a 25 años por matar a dos mujeres es liberado por la COVID-19

Al argentino Héctor Barroso aún le falta por cumplir nueve años de la condena que recibió por haber mandado a matar a dos trabajadoras sexuales. Sin embargo, el homicida se encuentra en su casa por buena conducta y por riesgo de contagio de coronavirus.

A sus 62 años, el asesino es hipertenso, una enfermedad preexistente que le concede la prisión domiciliaria, según la recomendación hecha por la Cámara de Casación y por la Suprema Corte en Argentina.

Su esposa fue la persona que firmó el acuerdo para asumir el rol de tutora y que Barroso pudiera dejar el penal de Batán, donde pasó los últimos 15 años detenido. La Justicia lo había condenado a 30 años de prisión, pero más tarde se le redujo a 25.

Debido a la emergencia sanitaria por el coronavirus, el homicida recibió beneficios de libertad anticipada o prisión domiciliaria por sufrir de patologías preexistentes. Ahora, será controlado a través de videollamadas desde su casa.

Asesino en serie

El 14 de agosto de 2004, Barroso le pidió a un amigo, el exboxeador Juan Carlos Sánchez Gaspio, que matara a Verónica Juárez, una prostituta que se había convertido en su amante. En febrero de 2005, el cuerpo de la víctima fue hallado en el pozo de la casa del asesino.

El mismo día que la Policía encontró el cadáver, Barroso fue detenido por el asesinato de Analía Fuschini, otra de las mujeres que contrataba por dinero. Recibió una condena de 30 años (luego reducida a 10), mientras que a Sánchez Gaspio, le dieron 28.

Según fuentes oficiales de Argentina, por el avance del coronavirus salieron en libertad el 21 por ciento de la lista que de 1.279 presentó el Servicio Penitenciario Federal (SPF) como internos de riesgo por la COVID-19. Es decir, al menos 268 recibieron el beneficio.