Varios gobiernos a nivel mundial han adoptado por realizar el aislamiento social para hacer frente al coronavirus, que ya ha causado la muerte de al menos 8000 personas. Esta modalidad viene causando estragos en la población que no está acostumbrada a permanecer encerrada por varios días.
Tal vez su actitud cambiaría si conocieran la trágica historia de Mary Mallon, la ciudadana inglesa que sufrió la cuarentena más larga a nivel mundial. Más de 23 años consecutivos en aislamiento forzado.
Conocida también como ‘Mary Tifoidea’ contagió de la enfermedad que lleva su nombre a medio centenar de personas a principios del siglo XX. Tres de los infectados fallecieron y no fue sino hasta años después que se descubrió que ella era el elemento común entre los numerosos casos de contagio que desconcertaban a familias, autoridades y médicos en aquella época, reveló Infobae.
Mary Mallon, la mujer que pasó más de 23 años en cuarentena por padecer de fiebre tifoidea
A fines de 1907, en Oyster Bay, un lujoso lugar de veraneo en Long Island, una niña de 7 años fue diagnosticada con tifoidea. En menos de una semana, otras cinco personas enfermaron del mismo mal en la casa. El brote llamó la atención de los lugareños porque frecuentemente relacionaban la enfermedad con pobres, en los cuales la higiene y la alimentación eran deficientes. Sin embargo, George Thompson, un importante banquero y dueño de la mansión Warren, lugar donde se produjeron los primeros contagios, contrató a George Soper, uno de los primeros sanitaristas norteamericanos y especialista en condiciones de higiene, epidemias y demás.
Las poblaciones realizan aislamiento por 15 días para evitar más contagios del COVID-19. Sin embargo, una mujer pasó más de dos décadas encerrada, pues era portadora de la denominada fiebre entérica.
Luego de varios estudios a diferentes personas se determinó que Mary era la mujer que transmitía la bacteria infecciosa que portaba en su organismo. Ella se convirtió así en el primer portador asintomático identificado de la enfermedad que también es conocida como “fiebre tifoidea o fiebre entérica”. La internaron en un hospital durante unas semanas hasta que se determinó que debía ser recluida en una isla alejada para evitar el contagio.
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Durante tres vivió en una cabaña anexa donde le llegaban alimentos para que ella pudiera cocinarlos y comerlos sola. Mallon nunca reconoció culpa alguna por los contagios e intentó recuperar su libertad durante sus tres años de aislamiento. Finalmente logró su objetivo a principios de 1910, con la condición de nunca volver a trabajar como cocinera ni manejar los alimentos de nadie.
Mary Mallon, la mujer que pasó más de 23 años en cuarentena por padecer de fiebre tifoidea
Años después, Mary empezó a trabajar en diferentes lugares y se produjo un nuevo brote en un hospital. El doctor Soper, que ya tenía a la mujer en la mira, estableció que ella era la causante del brote.
En 1915 empezaron otros 23 años de cuarentena los que solo concluirían con la muerte de la portadora asintomática. En 1932, Mary Mallon sufrió un accidente cerebrovascular que derivó en una parálisis. Murió seis años después, a los 69.